Cuba, la burbuja podría reventar
Estallido. El 11 julio iniciaron protestas masivas en ciudades de Cuba contra el gobierno por la crisis económica y sanitaria, que derivaron incluso en detenciones de disidentes
Estados Unidos. El jefe de Estado, Miguel Díaz-Canel, acusó a Washington de promover las movilizaciones. Expertos analizan el papel del gobierno de Joe Biden en una nueva crisis en la isla
Cuba vive una tensa situación interna, marcada por las marchas masivas y las medidas impuestas por el Gobierno para controlar este nuevo estallido social, ante el cual ha desplegado un gran número de sus fuerzas de seguridad y militares, detenido a los líderes más visibles del movimiento opositor y limitado el acceso a internet y al teléfono en la isla.
La situación ha despertado variadas reacciones en el mundo y en especial Estados Unidos, que mantiene un bloqueo contra el país caribeño desde 1962.
“El gobierno cubano ha culpado de las manifestaciones al embargo estadounidense, porque ha empeorado la situación económica interna, y a los programas estadounidenses de ‘promoción de la democracia’ que canalizan millones de dólares anuales a los opositores al régimen. Esto ha aumentado las tensiones bilaterales. Los informes de que el gobierno cubano está deteniendo a un gran número de disidentes también dañarán las relaciones bilaterales, porque el presidente Biden siempre ha sido un defensor de los derechos humanos”, explica a Publimetro William M. LeoGrande, profesor de gobierno en la Escuela de Asuntos Públicos de la American University, Estados Unidos.
“El dilema de Biden es que si hace algo ahora para relajar las sanciones, los republicanos le acusarán de rescatar al régimen cubano. Así que el bienestar de las familias cubanas está siendo rehén de la política interna de Estados Unidos… Si Biden no hace nada, corre el riesgo de que se produzca otra crisis migratoria como la del Mariel en 1980 y la de los “balseros”
“El presidente Biden tiene que decidir si continuar con las políticas de Donald Trump, que han empeorado la crisis humanitaria en Cuba, o tomar medidas para aliviar el sufrimiento del pueblo cubano; en concreto, restablecer la capacidad de los cubanoamericanos para enviar remesas a sus familias. Las recientes protestas en Cuba han obligado a incluir esta decisión en la agenda del presidente” William M. Leo Grande
Profesor de gobierno en la Escuela de Asuntos Públicos de la American U ni ver sity, Estados Unidos
“El aumento de la polarización política parece ser un resultado inevitable de las manifestaciones populares sin precedentes contra el actual gobierno. Un resultado más deseable (pero altamente improbable) sería que el gobierno cubano entrara en algún tipo de ‘diálogo’ con su movimiento disidente, así como con algunos de los que todavía podrían apoyar su ideología pero están hartos de las condiciones sociales, económicas y políticas” Jorge Duany
Director y profesor del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida, EU
en 1994”, explica LeoGrande.
Para Jorge Duany, director y profesor del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida, EU, “las relaciones entre Estados Unidos y Cuba llegaron a un punto muy bajo durante los años de la administración Trump (2017-21) y, aunque Joe Biden prometió revertir esa situación, su administración no ha hecho ningún cambio en la política estadounidense hacia Cuba en los últimos siete meses. Por lo tanto, el proceso de ‘normalización’ de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, iniciado durante los dos últimos años de la administración Obama (2014-16), prácticamente se ha deshecho”.
Duany cree que “aunque el gobierno de Biden puede haber considerado a Cuba como una ‘baja prioridad’ en su agenda de asuntos exteriores, las dramáticas y repentinas protestas en Cuba que comenzaron el domingo pasado pueden ayudar a cambiar esa perspectiva. La Casa Blanca podría acelerar sus deliberaciones sobre qué hacer con respecto a Cuba, que probablemente será un punto intermedio entre los enfoques opuestos de las administraciones de Obama y Trump, es decir, ni el compromiso total con el gobierno cubano ni el aislamiento del mismo, como forma de promover los intereses de Estados Unidos en Cuba”.