EL DEPREDADOR RINDE HOMENAJE A LA CINTA ORIGINAL; LLEGA ESTE VIERNES
El cineasta estadounidense estrena El Depredador en Latinoamérica, y reveló cómo fue traer de vuelta a un personaje ícono de la cinematografía
“El Depredador, en esta película, es el más mortífero y espeluznante que jamás se había hecho”
Con sólo seis películas como director, Shane Black, ya lo llaman el genio de las cintas de acción, en su curriculum tiene títulos como Kiss Kiss Bang Bang (2005), Iron Man 3 (2013), The Nice Guys (2016) y Doc Savage. Inició como actor, para luego incursionar como guionista. Cuando llegó la posibilidad de hacer El Depredador no lo pensó mucho, “imagina tener en tus manos a este mítico personaje. Recordé cuando vi la primera película, y verlo aparecer en el set fue un viaje al pasado”.
¿Cuál fue la primera preocupación?
— Tenía que rendirle un homenaje grande a la cinta original y, el primer temor, fue hacer la elección correcta del elenco.
Muestras a personajes con un tipo de locura, ¿también fue así en el set?
— ¡Claro! Creo que en esta carrera todos estamos locos. Desde Boyd Holbrook, quien interpreta a Quinn McKenna, el cual es un mercenario que tiene que liderar a un equipo de veteranos, quienes están locos, pero tienen ganas, y se profesan lealtad.
Fuiste actor de la primera cinta que se grabó en Puerto Vallarta, ¿cierto?
— Sí... y no soy el mejor actor [risas]. Te imaginas las emociones encontradas de ver al monstruo galáctico a tantos años de distancia, con la única diferencia de que ahora dirigí a la bestia. Cuando estaba en el set de Predator en Puerto Vallarta [en México], acababa de vender el guión de Lethal Weapon y estaba haciendo una reescritura para el director Richard Donner. México se convirtió en mi amuleto de la suerte, porque hubo tres proyectos, todos a la vez, girando mientras estaba en Jalisco.
¿Te consideras el genio de las cintas de acción?
— ¡No! Me gusta desarrollar las historias como guionista y soy aún muy novato en el cine, pero sí me interesa redefinir las películas de acción, ofreciendo a los personajes con profundidad.
¿Qué es lo que más te atrae de Depredador?
— Esa ola de nostalgia con el personaje, que puede convertirse en un ser que te provoca miedo, pero puedes llegar a querer. Con Depredador, no hay más que regresar a la vieja escuela. Mi gran reto, era mostrarlo imponente, por eso hubo más acción y sangre, con una dosis de espías, romance y misterio. Lo que fue tan grandioso del Depredador original fue ese atributo humano que, tan mortal como fuera, no sólo era un animal salvaje, sino que tenía una inteligencia y astucia.
¿Que no debe faltar en una cinta de acción?
— Siempre he dicho que es muy difícil lograr la atención por más de dos horas. Quiero decir, te puede gustar, pero si no te inquietas en la butaca, no sirve. Busco siempre extender las situaciones, provocar movimientos con mejores personajes, eso es básico.
Al final, ¿se deja la posibilidad de una nueva cinta?
— Todo puede pasar [risas]. Por ahora hay que gozar al Depredador 30 años después, más renovado. Esta no es una reinvención y tampoco una repetición. Esta es la franquicia que has amado, pero 30 años después. No es el Depredador que le tocó ver a tu padre, es un nuevo regalo a los fieles seguidores.