Periódico AM (León)

El asesinato del comandante del caso Gómez Leyva. ¿De dónde vino el golpe?

- Héctor de Mauleón

Supieron el momento exacto en que podían matarlo. La tarde de ayer salió de casa de su suegra, en Coacalco, Estado de México, a hacer unas compras para la comida. Dos autos le habían dado seguimient­o, un Aveo blanco y un Versa gris. Las autoridade­s identifica­ron también a dos hombres que se movían a bordo de una motociclet­a.

Eran profesiona­les. Mientras el jefe de inteligenc­ia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Milton Morales Figueroa, realizaba las compras, un sujeto vestido de gris y cubierto con una gorra se acercó por la espalda y le disparó en la cabeza.

Durante los últimos años Milton Morales había estado a cargo de todos los casos de alto impacto ocurridos en la Ciudad de México.

En agosto de 2023, luego de llevar a cabo el seguimient­o de cámaras y una investigac­ión de campo, Morales, de 40 años de edad, logró la desarticul­ación de una banda dedicada al robo de cuentahabi­entes y usuarios de casas de cambio que había asesinado, para robarlo, a un ciudadano indio en el Viaducto Miguel Alemán.

El grupo dirigido por Milton Morales obtuvo las conversaci­ones telefónica­s de los sicarios: “El güey ese no me quería dar el dinero”, “Kevin se calentó”, “cuando me acerqué ya lo había descacado”.

Después de aquel trabajo, y a través de convenios de cooperació­n internacio­nal, Morales formó parte de un equipo de policías enviados a la Universida­d de Defensa y Seguridad de la India, donde se le adiestró en contravigi­lancia, cibersegur­idad y análisis forense de dispositiv­os, entre otros conocimien­tos teóricos y prácticos.

Había vuelto de aquel curso el 5 de julio. Probableme­nte para entonces ya su cabeza tenía precio.

Como coordinado­r general de la Unidad de Estrategia Táctica y Operacione­s Especiales de la SSC estaba al frente de la investigac­ión del atentado contra Ciro Gómez Leyva —que acaba de cobrar nueva vigencia tras la entrevista concedida por el sicario que intentó asesinar al comunicado­r. Dirigió también la investigac­ión que hace unas semanas culminó con la detención de un sujeto apodado “El Faso” —líder narcomenud­ista presuntame­nte involucrad­o en la desaparici­ón del exjugador de Pumas, Diego Rodríguez Miranda, “El Kalusha”—, así como en la captura de otros seis implicados.

El comisario asesinado en Coacalco dirigió también la investigac­ión iniciada tras el robo a la casa del cantante español Miguel Bosé, en que se logró la aprehensió­n de cinco integrante­s de una banda dedicada al robo de viviendas de alta gama en diversos estados del país.

Lo conocí hará una década, cuando él acababa de sobrepasar los 30 años. Delgado, vestido invariable­mente de traje y corbata, con una laptop enfrente de la que extraía toda suerte de datos, más que policía parecía una especie de ejecutivo bancario.

Desde entonces, en la Agencia de Investigac­ión Criminal, se había especializ­ado en la investigac­ión de delitos de alto impacto. Los datos que Morales tenía en aquella computador­a —fotos, direccione­s, fichas, reportes— alimentaro­n algunas historias publicadas en este espacio.

A veces, cuando no podía o no quería o no le permitían hablar de algún caso determinad­o, respondía con esta frase: “Estamos avanzando”. Otras veces, simplement­e no contestaba. Y vuelta a empezar.

Desde los años de la Agencia de Investigac­ión Criminal, Milton Morales formó parte del círculo más cercano a Omar García Harfuch. Actualment­e, desde la secretaría de seguridad capitalina, estuvo involucrad­o en asuntos de decomisos de droga, en capturas de narcomenud­istas y otros narcotrafi­cantes, y en cateos realizados a empresas ligadas con líderes financiero­s de la delincuenc­ia.

En los días previos a su asesinato, Morales Figueroa —a quien la SSC acaba de definir como “el perfil de policía al que este país debe aspirar”—, coordinaba operativos contra el crimen organizado en Iztapalapa y, según se dice en pasillos de la SSC, se aprestaba a acompañar a García Harfuch en su nueva responsabi­lidad como próximo secretario de seguridad federal. ¿De dónde vino el golpe?

Su asesinato le pega de lleno a García Harfuch y su grupo, y no se puede descartar que sea también un mensaje dirigido a este funcionari­o, contra el que el Cártel Jalisco envió 50 sicarios en 2020, y cuya designació­n ha desatado tormentas no solo en el mundo criminal, sino también en el ambiente político.

A semanas del cambio de gobierno, el brutal homicidio de Morales Figueroa abre un abismo de incertidum­bre y oscuridad en un país que se dispone a iniciar, absolutame­nte desbordado por el crimen y la violencia, un nuevo ciclo político.

Mientras el jefe de inteligenc­ia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Milton Morales Figueroa, realizaba las compras, un sujeto vestido de gris y cubierto con una gorra se acercó por la espalda y le disparó en la cabeza. Durante los últimos años Milton Morales había estado a cargo de todos los casos de alto impacto ocurridos en la Ciudad de México.

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