Problemas añejos, soluciones nuevas
Un pavimento que se regenera al entrar en contacto con el agua y un sistema automático de lavado de manos son los ganadores mexicanos del primero y segundo lugar, en forma respectiva, del James Dyson Award 2019, concurso internacional de diseño en el que participan más de 1,000 jóvenes de 31 países.
Estos proyectos fueron seleccionados por un panel de expertos locales que evalúan la problemática que se pretende resolver y la creatividad y viabilidad técnica y económica de las propuestas.
Las soluciones galardonadas cuentan con un prototipo, y sus creadores trabajan en mejoras y en el desarrollo del plan de negocio para hacer realidad sus ideas, y con ello, resolver una problemática real y acuciante.
En la edición 2019, México estuvo representado por 18 proyectos, 58% menos que el año anterior; y este mes se dará a conocer al ganador internacional del certamen convocado por la Fundación James Dyson, con la finalidad de estimular la innovación entre los futuros profesionales del diseño.
Para participar se requiere ser estudiante o recién egresado de diseño industrial o alguna ingeniería.
Aquí presentamos en qué consiste cada una de las soluciones galardonadas a nivel nacional.
PAVIMENTO AUTORREGENERABLE
Los programas de bacheo consumen una parte importante de los presupuestos de los gobiernos locales. Por ejemplo, en la capital del país, el costo promedio por reparar un bache es de 2,300 pesos. Estos hundimientos son consecuencia de la erosión ocasionada por las lluvias y el intenso tráfico vehicular. Ante esta problemática, Israel Briseño, egresado de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Coahuila, se cuestionó ¿por qué seguimos pavimentando igual? Y propuso Paflec, un pavimento a base de llantas que se regenera al absorber el agua, con el fin de convertir el principal degradante del asfalto en regenerador. En su innovación, Briseño explica que el agua, al entrar en contacto con el pavimento, desencadena una reacción química que produce la autorregeneración de la superficie dañada. El emprendedor actualmente desarrolla el plan de negocio y la industrialización del proceso para garantizar su viabilidad. Este proyecto ganó el primer lugar nacional del James Dyson Award 2019.
CICLO VIRTUOSO DEL AGUA
Si bien el lavado de manos y cara apenas representa 4% del consumo de agua al interior de los inmuebles, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada vez que lo hacemos se utilizan entre dos y cuatro litros de agua. Por ello, un grupo de seis estudiantes de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Tecnológica Emiliano Zapata, en Morelos, se propuso optimizar el uso de agua en esta actividad. Así, nació HA-WA, un sistema automático de lavado de manos que reduce, reutiliza y recicla el agua. Gustavo Montiel, de 23 años, explica que este sistema funciona por medio de sensores que activan los rodillos para el tallado de manos, una bomba lanza el agua y el jabón, y, por medio de aspersores, se utiliza sólo medio litro de agua. Después, el agua empleada pasa por un filtro con la finalidad de que pueda ser reusada para riego o en los WC. El equipo de estudiantes trabaja en mejoras al prototipo, como reducir en 80% la energía requerida para el funcionamiento del sistema. Este proyecto obtuvo el segundo lugar nacional.