¡Valen chorros, nunca cambien!
Una de las diversiones que más animan a la gente en estos días son los mensajes, comentarios y alucines baratos de los fanáticos del xochilverso que juraban y perjuraban, con las encuestas de Masive Caller en la mano, que iba a ganar la malograda candidata del huipil. Y lo mejor es que siempre cerraban sus impertinentes y absurdas alocuciones con un “Guarden este tuit”.
Por supuesto estos fueron guardados y recuperados para echárselos en la cara después de su apabullante derrota electoral para la burla y el escarnio, y confirmar que lo suyo no son las sinapsis. O que mentían de manera deliberada, a pesar de que las evidencias apuntaban hacia una oprobiosa debacle. Así son las obscenidades del fanatismo.
Querían ganarle a las predicciones al Brujo Mayor y a Mohni Vidente y quedaron peor que el ChikiliQuadri. Y ahí estaban los Krauze, los Macarios, los Alazrakis, los Sacos de Pus, las Dresser haciendo el ridi. No se diga los Zambrano, los Markitititos y los Alitititos, además de gente tan brillante que, en sus delirios, ya se veían despachando en Palacio Nacional como Kinky Téllez, Chiflano Aureoles y Cabeza de Vaca, la misma Vaca.
¡Cómo nos han hecho reír! Y todavía regañan a los votantes por desperdiciar la bonita oportunidad de que los Claudios XXX González se siguieran repartiendo el país. ¡Valen chorros nunca cambien!
De hecho nunca van a cambiar porque insisten en el muy sobado rap de la dictadura, el comunismo y las patrañas de siempre.
Hoy mismo, mientras la ministra Lenia Batres denuncia las anomalías y excesos de la Tremenda Corte y el poder judicial (por ejemplo, el nepotismo a todo lo que da y en el colmo de la perversión metían a chambear en el sistema a toda la parentela, ¡incluso hasta a las suegras!), los xochiloosers todavía tienen el descaro de asegurar que el poder Judicial está bien padriuris.
Y como a los xochitrolls se les da el vistimismo hacen drama porque a Latinus, Loret y a Brozo la UIG los está investigando. Hagan de cuenta que este medio ha sido el rey de la transparencia en lo que se refiere al origen de sus recursos, triangulaciones y estructura fiscal. Digo, si tienen
_ todas sus cosas en orden, no tendrían por qué preocuparse y en vez de hacer telenovelas guangas, mejor que muestren las pruebas de su probidad y todos tan contentos. Claro, si no han sido capaces de reconocer ni siquiera que Roberto Madrazo es el dueño del changarro (dicho por él mismo), pues cunde y con razón el sospechosismo.