Don Luis de la Torre

Conocí a don Luis de la Torre en el viejo Excélsior cuando comenzaba a buscar espacios en los medios y el gran dibujante y enorme caricaturista me abrió las puertas de El Búho, el suplemento cultural donde terminé trabajando durante 10 años. Con un trazo maravilloso y una vocación por el ajedrez, De La Torre era también un gran admirador de Pedro Páramo. Tristemente, mi querido don Luis, ha fallecido a los 92 años. Todavía con un grupo de antiguos compañeros, nos reencontramos con él hace pocos meses y pasamos una tarde de recuerdos, libaciones y mucho divertimento, debidamente rociado por su agudo sentido del humor. Siempre recordaré sus apuntes, sus comentarios, y las palabras de aliento que nos regalaba con su notable conocimiento periodístico.

Afortunadamente para don Luis y el público conocedor, todavía se mantuvo activo haciendo sus espléndidos cartones, algunos de los cuales atesoro como aquel Quijote que me regaló y que tengo colgado en casa para recordarlo siempre con cariño.

Pienso qué pensaría don Luis de estos periodistas comprometidos que hoy le juegan al mago, haciéndose las víctimas y planteando escenarios de dictaduras, censura, bailando al ritmo de un perreo poco ético e inmoral alrededor de la idea guantes de un cerco informativo que solo existe en sus mentes mafufas. Conociéndolo, De la Torre estaría muy divertido viendo cómo Rivapayaso afirma que la verdad es irrelevante. El maestro Kapuscinski debe estarse revolcando en su tumba. Las risas que le ha deber sacado el güero Castañeda, que en su papel de viejo vinagrillo de la derecha en tachas, no sólo ha planteado la idea de pasarse la ley por el arco del triunfo, sino que llama a hacer prácticamente cualquier perrada para ganarle a López Obrador. Ni Javier Milei.

Ya me imagino el cartón que don Luis habría hecho después de que Roy Campos, de Consulta Mitofsky, se fue contra Lady X por acusarlo de estar vendido a Claudia Sheinbaum, como si todas las encuestas no la tuvieran 30 puntos abajo. Era como para las secciones “¡Tómala barbón!” y “Otro clavo más al ataúd”.

Bueno, es que la Gálvez hasta afirmó que AMLO es tan malo que privatizó al sector privado. ¡Plop!

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Una sección que le tendría que quedar a Maru Campos, la xochilizada góber preciosa de Chihuahua que, a pesar de su desgobierno, la jirafa Benito pudo escapar del cuchitril donde lo tenían hacinado.

Don Luis, con su humor incisivo le habría dado una lección. Gran viaje, querido Luis de la Torre.