Galindo pidió celebrar las reuniones en varios países
Junts las limitó por temor a que Puigdemont pueda ser detenido
El verificador salvadoreño Francisco Galindo Vélez propuso en la reunión mantenida en Suiza entre Junts per Catalunya y el PSOE que se celebren periódicamente nuevas reuniones en diferentes países. El mediador escogido por los nacionalistas y aceptado por los socialistas planteó en el encuentro celebrado el pasado dos de diciembre en la ciudad de Ginebra que, a partir de ahora, se repitan los encuentros en diferentes emplazamientos y que se levante acta al final de cada uno de ellos. En este sentido, diseñó el primer encuentro, desarrollado en medio de una enorme expectación, como una primera toma de contacto de la que no se obtuvo ninguna conclusión relevante. No en vano, uno de los grandes protagonistas, Carles Puigdemont, realizó pocas intervenciones y cedió el protagonismo a sus colaboradores.
Al escuchar la iniciativa de la rotación de países, tal y como aseguran a EL MUNDO fuentes conocedoras del contenido de la cita que se intentó mantener en secreto hasta el último momento, los representantes independentistas formularon una petición a Galindo.
Esto es, que si se escogen nuevos países deben ser territorios de la Unión Europea en los que el ex presidente catalán pueda desplazarse sin riesgo a ser detenido como consecuencia de las órdenes cursadas por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena. El verificador salvadoreño contestó que le parecía razonable la reclamación cursada y que lo estudiaría. Al mismo tiempo propuso que los próximos encuentros entre ambos partidos tengan una periodicidad mensual.
Al primero de los cónclaves asistieron, entre otros, además de Puigdemont, su portavoz Miriam Nogueras, Josep Lluís Alay, uno de sus hombres de máxima confianza, su mano derecha Jordi Turull, o su letrado Gonzalo Boye, que intervino por videoconferencia.
También hizo acto de presencia, en el bando socialista, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que encabezó la comitiva del PSOE junto al secretario de Organización Santos Cerdán. El ex líder socialista ha venido manteniendo un contacto fluido con Puigdemont a lo largo de la negociación de la Ley de Amnistía y se ha reunido en persona con él fuera de España para cerrar el acuerdo.
Al igual que otros intervinientes, Zapatero participó por vía telemática y, siguiendo la línea de Puigdemont, intervino en contadas ocasiones y fue especialmente prudente en sus alocuciones.
El verificador Galindo recalcó en varias ocasiones que estaba muy sorprendido por la expectación mediática que había despertado la cita y que nunca había visto nada igual en su vida. También comentó con tono de alivio que se había librado de los focos en el aeropuerto de Ginebra pese a coincidir con Nogueras, porque los periodistas españoles no fueron capaces de identificarle.
Buena parte de los participantes viajó el viernes en avión desde España y fue captada por los medios de comunicación que aguardaban en la terminal del aeropuerto suizo.
La figura del relator internacional fue una exigencia de Junts per Catalunya durante la negociación de la Ley de Amnistía que a punto estuvo de romper las conversaciones.
Tal y como desveló EL MUNDO, el equipo negociador de Pedro Sánchez se llegó a negar a que existiera esta figura. Lo hizo en un encuentro celebrado en un hotel situado en el madrileño barrio de Argüelles, en el que los independentistas dejaron claro que para ellos constituía una condición indispensable.
Los socialistas acabaron cediendo pero plantearon que el verificador saliera de una terna de nacionalidad española que ellos pusieron sobre la mesa y en la que se encontraba el letrado catalán Miquel Roca.
Junts insistió en que el verificador debía ser extranjero y que ni tan siquiera estaban dispuestos a aceptar que fuera catalán.
La inamovible postura de los nacionalistas desembocó, tras mediar amenazas de que las conversaciones saltarían por los aires, en que se crearía un mecanismo que mediaran entre ambos y que debía contar con varias patas, política, jurídica y económica.
El PSOE no sólo transigió con esta figura sino con que las reuniones tuvieran lugar, como también reclamaba Junts, fuera de España.
Eso sí, siempre ha presentado la figura encarnada ahora por el salvadoreño Galindo, como un mero notario que se limita a levantar acta de lo que se hable en los encuentros que tengan lugar. En palabras de los socialistas, llevará a cabo una labor de «acompañamiento, verificación y seguimiento».
El presidente del Gobierno ha reconocido que se trata de un «mecanismo excepcional» aludiendo a que «la situación es excepcional». No obstante, del rechazo total en las conversaciones de los últimos meses Sánchez ha pasado directamente a bromear con esta cuestión durante la reciente presentación de su libro.
A preguntas del presentador de televisión Jorge Javier Vázquez, vino
El mediador dijo que jamás había visto un interés mediático así
Zapatero intervino por videoconferencia en el encuentro
El ex presidente se ha venido reuniendo con Puigdemont
Nogueras en el aeropuerto de Ginebra. a decir que no tendría problema en acudir al programa Supervivientes toda vez que se rueda en El Salvador donde su partido ya cuenta con un «mediador», término que no es del agrado de Junts.
No en vano, el equipo de Puigdemont ha subrayado que el papel del hasta ahora desconocido Galindo debe ser mucho más relevante.
Para los secesionistas nos encontramos ante la figura que determine si el pacto político suscrito entre ambas formaciones se está cumpliendo o no. De tal forma que el apoyo de Junts per Catalunya al PSOE a lo largo de la legislatura dependerá en buena medida de los dictámenes que elabore a partir de ahora el diplomático sudamericano.