Se avecina una montaña rusa para economía e inversionistas
Los errores de política monetaria de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo, junto con el estrés del mercado, solo servirán para empeorar la complejidad de los retos financieros y políticos de 2023
El sorprendente cambio en el estado de ánimo de los mercados y en los precios durante la semana pasada es un testimonio de la inestabilidad subyacente en el entorno actual para los responsables de formulación de políticas y los inversionistas. Y es una inestabilidad que se intensificará en los próximos meses.
El catalizador de lo que muchos calificaron de “carnicería del mercado” el martes —pérdidas de entre 3 y 5 por ciento en un solo día en los principales índices bursátiles de Estados Unidos— fue, por supuesto, un feo informe sobre la inflación. Y las cifras de agosto fueron decepcionantes en muchos sentidos, incluido, sobre todo, un mayor aumento mes a mes y la ampliación de los impulsores de la inflación subyacente.
A juzgar por el espectacular aumento del rendimiento de los bonos del gobierno a dos años, así como por los movimientos en otros sectores de los bonos del Tesoro, los mercados luchan para fijar el precio en un momento “HFL”, es decir, tipos que suben (Higher), que llegan más rápido (Faster) y que permanecen más tiempo (Longer).
En esta ocasión, el retraso para que los inversionistas acepten que hayuncambiomásrápidoenelenfoquedegranapoyoalosmercados por parte de los bancos centrales tuvo poco que ver con la inclinación previa de los responsables de las políticas a debilitar el mensaje de las medidas antiinflacionarias. Esta tendencia contribuyó antes a mantener viva la esperanza de un aterrizaje suave e inmaculado y de un rápido giro para alejarse de un régimen de liquidez restrictivo.
Pero desde el discurso en Jackson Hole del presidente de la Reserva Federal de EU, Jerome Powell, los funcionarios del banco central estadunidense han sido inusualmente consistentes a la hora de declarar su compromiso incondicionaldelucharcontrauna inflación inaceptablemente alta, así como a la hora de transmitir las implicaciones políticas.
Los responsables de la formu