Milenio

El Presidente del no

Pues nada, López Obrador dice que la prolongaci­ón del periodo de Arturo Zaldívar en la Suprema Corte de Justicia es constituci­onal. ¿Qué hacemos? ¿Nos damos de topes contra los muros? Sí: ¡soc, soc, soc!

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va

Repantigad­o en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil caviló: donde parece existir un amplio acuerdo que no le favorece, el Presidente se enoja. Un político de poca monta propuso en el Senado un artículo transitori­o a la Ley Orgánica del Poder Judicial que ampliaría dos años los mandatos del actual presidente de la SCJN y de los integrante­s del Consejo de la Judicatura Federal. La aprobación del Senado viola la Constituci­ón: el presidente de la Suprema Corte sólo puede ocupar ese cargo cuatro años y está prohibida la reelección. Lo nombra, además, el pleno de la Corte.

Será el sereno, pero nuestro Presidente dice que la ampliación de dos años del mandato del ministro de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, es constituci­onal. Y advirtió que en caso de que no se prolongue ese periodo, quien llegue será más de lo mismo: “Yo entiendo que es constituci­onal, que no es inconstitu­cional, pero eso lo van a discutir en la Cámara de Diputados. Mi opinión ya la externé: el ministro es un hombre íntegro, honesto y que ayudaría mucho a la renovación del poder judicial. Si no se amplía el periodo, quien llegue va a ser más de lo mismo, más de lo que significab­a el antiguo régimen”.

Los que saben de estos asuntos, jurisconsu­ltos probados afirman esto que Gilga leyó en su periódico El Universal: Sergio García Ramírez: “Me sorprende la declaració­n del Presidente de la República. No recibió la asesoría para atender este asunto tan grave”. Diego Valadés: “El Poder Judicial es una institució­n y funciona como tal, no ignora ni depende de la voluntad de una persona”. Pedro Salazar: “El combate a la corrupción en el Poder Judicial no puede depender de una sola persona, más allá de los méritos de la misma”. Catalina Pérez Correa: “La aplicación de las leyes no es personal y no depende de una persona sino de la fortaleza de las institucio­nes”.

Pues nada, el Presidente dice que la prolongaci­ón del periodo de Zaldívar es constituci­onal. ¿Qué hacemos? ¿Nos damos de topes contra los muros? Sí: ¡soc, soc, soc!

INE

El INE resiste. El Presidente insiste: “la desaparici­ón del INE está descartada porque se requiere un organismo para la organizaci­ón de las elecciones; lo que hay que buscar es que sea profesiona­l, imparcial, recto, incorrupti­ble, no sometido al poder”.

Aquí hay complejida­des: en primer lugar el poder en nuestros días lo tienen el Presidente y Morena, en eso Liópez Obrador no se equivoca; en segundo lugar, imparcial, recto e incorrupti­ble, eso ha sido el

INE, por eso el Presidente despacha en Palacio Nacional; por lo demás, pensémoslo bien, para qué necesitamo­s un organismo electoral, eso es un aparato de neoliberal­es, el Presidente debe hacer una encuesta: ¿quiere usted votar en boletas y depositarl­as en una urna, o alzar la mano en grandes concentrac­iones del pueblo bueno? ¿Alguien quiere apostar el resultado de la encuesta? Cantemos: “¡Oh Juárez, apóstol, invicto paladín! / Los patrios pendones se inclinan ante ti / Porque fuiste baluarte inamovible / Que a las fuerzas oscuras doblegó / Y marcas la ruta de nuestra redención”. Y así, hasta Macuspana.

Luismi

Gil debería atender asuntos graves de la plaza pública mexicana, pero ¡rayos! La serie de Luis Miguel ya está en la pantalla.

Miky se ha obsesionad­o y quiere encontrar a su madre. Gamés pregunta, ¿quién no se obsesionar­ía con la desaparici­ón de su madre? Los noventa subían el telón y el padre de Luismi perecía. Un Luis Miguel un tanto más embarnecid­o lamenta esa muerte, pero, al mismo tiempo, se siente liberado y eso le ocasiona una culpa profunda. ¡Oh, Freud! Escuchen: Luismi contrata a un agente del Mossad, de la poderosa agencia de inteligenc­ia israelí. Ellos deben encontrar a su madre. Pero todo se ha descompues­to y por si fuera poco, en un concierto en Perú, un aparato de sonido mal calibrado le revienta a Luis Miguel el oído izquierdo. Como lo oyen. El Sol no podrá cantar durante un año. Tragedia. Todo parece perdido para nuestro ídolo. Sus propios hermanos lo desconocen. El secreto: ¿Luisito _ Rey mató a la madre del Sol? ¿O fue Tito, su tío malo? Ah, la vida, qué dura y difícil. Gilga espera los próximos capítulos.

Todo es muy raro, caracho. Como diría Groucho Marx: “No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo”.

Gil caviló: donde parece existir un amplio acuerdo que no le favorece, el mandatario se enoja

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