La Venezuela profunda se rebela
Las protestas no frenan la campaña electoral diseñada por el chavismo
«Todos necesitamos trabajar. Tenemos un mes aquí y no ha salido el combustible. ¡Queremos gasolina, queremos gasolina!». El coro de vecinos apoyó ayer a pleno pulmón las quejas de uno de ellos, el más atrevido, ante una estación de servicio de Barquisimeto, en el centro del país. Una de las 300 protestas que desde la semana pasada jalonan la rebelión ciudadana de la Venezuela profunda, pese a la represión, las detenciones arbitrarias y los enormes despliegues de militares y policías, pese a tratarse de demostraciones pacíficas con un par de excepciones.
Venezuela se ha prendido por sus cuatro costados, harta del desabastecimiento crónico de gasolina, las fallas continuas en el servicio eléctrico, los cortes en el suministro de agua en el 90% de los hogares y la escasez de gas, que ha obligado a miles de familias a volver a cocinar con leña.
Una semana después del inicio de la última rebelión ciudadana, los reclamos continuaron ayer en distintos puntos del país. Y sin descanso, porque el desespero nacional animó en la noche del lunes el sonido metálico de las cacerolas y las consignas contra el hijo de Chávez en gran parte de los 23 estados del país.
El Observatorio de Conflictos documentó el lunes 76 protestas en 19 de los 23 estados del país, que se suman a las 227 de la semana pasada.