Milenio

Chicago, el musical. Vuelve la historia nacida en la nota roja

Anoche se estrenó por segunda vez esta obra en México, cuya mera existencia puede ser en sí una gran trama de crimen, amor, celos y genialidad abrumada; esta es el origen detrás de la puesta en escena que protagoniz­an Biby Gaytán y María León

- SUSANA MOSCATEL

Aunque parezca difícil de creer, este musical inició en las páginas de nota roja del periódico Chicago Tribune durante los años 20. Si piensan que el concepto de las más recientes series como Mujeres asesinas en la televisión es uno original, se estarían equivocand­o. Todo inició con una obra de cámara que escribió la periodista Maurine Dallas Watkins, quien no podía creer lo que veía al cubrir la nota roja: la cantidad de mujeres acusadas de asesinato que se volvían celebridad­es. Peor aun, prácticame­nte ninguna de ellas acababa siendo encontrada culpable.

La obra captó el interés del legendario productor Cecil B. DeMile (sí, ese mismo para el que Norma Desmond está lista para su close up en Sunset Boulevard) quien hizo la película, aún en la era del cine mudo, nombrándol­a simplement­e Roxie Hart en 1942.

De ahí hay que dar un brinco a los años 70, y conocer a la pareja estelar de Broadway. Y con estelar me refiero a la brillante, creativa, codependie­nte y absolutame­nte disfuncion­al (excepto en sus colaboraci­ones en el escenario) compuesta por Bob Fosse y Gwen Verdon.

La historia de ese matrimonio es compleja y la opinión que podamos tener respecto a ella depende quién esté contando la historia. Claro que sus colaboraci­ones, ella como estrella y musa y él como coreógrafo y director, hablan por sí mismas: Damn Yankee’s, Dulce Caridad.

Hay dos produccion­es en particular que valen infinitame­nte la pena ver para quien esté interesado en conocer un poco como estos dos hicieron realidad una serie de fantasías teatrales solamente superadas por sus dramas personales. La primera es Todo el jazz, de 1979, donde Bob Fosse dirigió a Roy Scheider (Jaws) en un personaje que básicament­e era Bob Fosse. Un coreógrafo y bailarín brillante con un apetito insaciable por la adulación y las mujeres, quien se desgasta hasta la muerte por tratar de terminar dos cosas al mismo tiempo, una película y un musical. En la vida real la cinta era Lenny y el musical: Chicago.

La otra está basada en un libro que narra la historia de esta pareja que siguió trabajando en equipo hasta la muerte de Fosse, afuera del teatro donde se estrenaría de nuevo Dulce Caridad. La serie salió apenas este año en FX y es protagoniz­ada por Michelle Williams y Sam Worthingto­n. No se la deben perder. Estos no son los únicos relatos de como Gwen Verdon luchó por conseguir los derechos de Chicago y no los obtuvo hasta la muerte de la autora, Maurine Dallas Watkins, quien no creía que su oscuro y hasta obsceno material se prestaba para un musical. Claramente se equivocó. Para ese entonces Verdon y Fosse ya no estaban casados, pero logró convencerl­o de que la dirigiera, generando algunas de las coreografí­as más sexualment­e gráficas (y claramente llenas de enojo) de la historia del teatro musical, las cuales fueron cambiadas al final por Fosse antes de su estreno en 1975. Así como Cabaret, la música era del brillante John Kander, pero cada preciso movimiento era Fosse puro. No había un solo dedo ni mirada que estuviera donde él no mandara. Era su obsesión, pasión y brillante estilo que hizo escuela para siempre.

La historia fue de éxito accidentad­o al principio, ese año con una brutal competenci­a de A Chorus Line. Sin embargo, con la reposición en Broadway, encabezada por Ann Reinking, no solo la suplente de Verdon sino coprotagon­ista de la cinta All That Jazz, regresó a Chicago a los escenarios del mundo. Dirigida “al estilo” de Bob Fosse y aun en cartelera hasta el día de hoy en Nueva York.

En el 2001 Federico González Compean y Morris Gilbert hicieron que Chicago fuera realidad para nuestro país, asegurándo­se en el proceso que el mundo entero conociera el brillante trabajo de Bianca Marroquín, quien sigue siendo convocada para hacer el personaje en Broadway hasta la fecha e incluso dándole un giro completo a la historia cuando fue llamada para interpreta­r a la legendaria Chita Rivera en la serie Fosse Verdon, quien interpreta­ba a Velma Kelly, la némesis de Roxie, en la obra original de 1975.

Eso, a grandes rasgos (y sin meternos con el tema de la gran película de Rob Marshall en el 2002) es lo que regresa hoy a nuestros escenarios protagoniz­ado por María León y Biby Gaytan. ¿Y quién dijo que el crimen no deja? ¡Que se levante ese telón!

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ALFONSO MANZANO Biby y María tomaron el escenario para hacer su propia versión del musical.

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