Milenio

Terminator y “el no tener hijos”

- SUSANA MOSCATEL susana.moscatel@milenio.com

Los hijos de los años 80 tuvimos muchos motivos para temer por nuestra existencia. Era la Guerra Fría y la amenaza de una verdadera destrucció­n nuclear masiva estuvo cerca más de una vez. Imaginen en la primaria voltear a ver el cielo y pensar “¿estará en camino?”, pensando en ese misil y temiendo aún más la advertenci­a de nuestros no muy sensibles adultos que nos explicaban :“No es probable que pase porque sería destrucció­n mutua asegurada. Además, sonaría una alarma y tendríamos 15 minutos de advertenci­a”. No, pues fantástico .15 minutos sin nada que hacer más que esperar la muerte y el fin de la humanidad.

Tal vez podríamos haber lidiado con todo eso, o al menos no imaginarlo tan claro y tan seguido, de no ser por dos produccion­es que nunca nos dejarían olvidar esa nube masiva en forma de hongo que llegaría a llevarse todo para siempre: en 1983 HBO con The Day After que causó terrores nocturnos a tantos de nosotros por años. Y tiempo después, la escena del parque infantil de Terminator Judgment Day, donde Sarah Connor confronta a una versión inocente de sí misma, jugando con su pequeño hijo en los columpios, cuando su mirada se cruza con la guerrera en la que se había tenido que convertir, solo momentos antes de que todos desapareci­eran, literalmen­te hechos cenizas, para siempre.

Tener a Linda Hamilton frente a mí y no comentar el impacto de esa escena en tantas de nuestras vidas era imposible. Y aún más relevante, preguntarl­e respecto aun tema que cada vez es más común: las nuevas generacion­es declaran, cada vez más seguido, que no quieren tener hijos. “¿Cómo superar eso?”, me dijo la actriz, “pero la verdad es que cada vez siento que estamos más y más cerca, todo se acelera hacia ese último final. Tal vez no sea un apocalipsi­s nuclear, pero algo aun más insidioso. Con el cambio climático, nuestros líderes, simplement­e parece que hay tantas cosas más por las cuales preocuparn­os ahora que en ese entonces. Tal vez entonces el desastre absoluto era la bomba nuclear, pero hay tantos lugares más a donde siento que podemos ir ahora en términos de temer por nuestro futuro”.

A pesar del terror con el que crecimos los Gen Xrs respecto a una posible devastació­n nuclear, fuimos muy pocos los que tomamos la decisión de no traer niños a un mundo tan peligroso e incierto.

Por eso es cada vez más interesant­e escuchar la razón por la cual ahora sí están bajando ese tipo de tasas de población. Y aún más impactante: escuchar aS ar ah Connor, a Linda Hamilton pues, al fines tarde acuerdo.

“Antes nunca, nunca lo había entendido, porque cuando yo tenía esa edad y en edad de tener hijos escuchaba a gente decir eso y mi reacción era pffft. Pero ahora, que conozco personas que están en edad de tener hijos y al escucharlo­s hablar sobre lo que puede pasar, es la primera vez en mi vida en la que verdaderam­ente puedo entender por qué hay quienes no querrían traer niños a este mundo”.

Que quede claro. No lo digo yo. Lo dice la ciencia. Y claro, Linda Hamilton, en su regreso como Sara Connor, heroína extraordin­aria.

Cada vez es más interesant­e escuchar la razón por la cual están bajando ese tipo de tasas de población

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