Sarita, besos y caricias mustias
Justo cuando comenzaba a sonar aquello de preso de la cárcel de tus besos, que los salva Sarita. Es por eso que quizá sea el momento de que el subjefe Diego yDarthBartlett le rindan un homenaje aS arita Sosa porque gracias a su muy retorcido sentido del espectáculo y la caja china con el cuerpo de José José (una caja china de a de veras, nocomolade Javidú), hoy casi nadie se acuerda de los escándalos en los que están relacionados. Bueno, Fernández de Cevallos tendría que agradecerle a Sarita con una carreterita del amor hasta Miami por sus buenos oficios de aprendiz de Catalina Creel, pues nadie la está haciendo de jamón ahora que le podrían condonar esos adeudos de 900 millones de pesos en materia de predial nada más porque se parece a Papá Pitufo y no porque haya movido algunas influencias queretanas. Mientras la gente andaba buscando el paradero de José José hasta en las casas de Pitbull y JLo, exigiendo Bacardí y pidiendo su canción al ritmo de si me dejas ahora no seré capaz de sobrevivir, el panismo buscará armar una cooperacha entre los contribuyentes para pagar esa lanita.
Y por supuesto que Darth Bartlett debería de condonarle los pagos de energía eléctrica de los refrigeradores donde Sarita tenía escondido a su padre, por lo bien que sus arrebatos taparon el chuchú-chuchúchuchú-chuchú a ritmo del Gavilán o Paloma que se aventó luego de que le preguntaron sobre la diferencia entre esposa, detalle, descanso y concubina.
Pobre Sarita, hoy convertida en la villana menos favorita de México, desplazando a personajes como el ex fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, cuya condena fue alivianada por las cortes yanquis ya que durante su trayectoria demostró ser buena persona con los pobres, mientras cometía toda clase de latrocinios y perradas.
Como quiera que sea, el acto de Sarita ha contribuido a colocar una densa cortina de humo sobre las elecciones en Morena donde gracias a su tolerancia, cero oportunismo han desatado las peores regresiones chuchistas-perredistas. Digo, no puede ser que ya se estén matando al son de lo que no fue no será por un puñado de puestos partidistas. Está bien que la oposición está en estado zombi babeante, pero si se confían sus enemigos los van a llenar de besos y caricias mustias hasta aplicarles el saritazo y dejarlos borrachos de angustia.
Sarita, diles a los morenistas que se gobiernen, que hay días en el pasado que volverán.
Fernández de Cevallos debería agradecer a Sarita con una carretera del amor hasta Miami