ARCOmadrid comienza con acusaciones de censura
La crisis catalana volvió a concentrar los reflectores y desplazó al tema principal del encuentro: el debate sobre el futuro del arte
ARCOmadrid, la cita más relevante del mundo del arte en España, comenzó ayer con una polémica marcada por el desafío independentista de Cataluña, tras el retiro de la obra Presos políticos, de Santiago Sierra, quien desató críticas y denuncias de censura.
Lejos de centrarse en el debate sobre el futuro del arte, como prometía el eje central de esta 37 edición, la crisis catalana volvió a copar todos los titulares durante el primer día de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, que se realizará hasta el domingo.
La galería Helga de Alvear retiró, horas antes de la apertura de puertas, la obra Presos Políticos en la España Contemporánea, un conjunto de 24 fotografías pixeladas y en blanco y negro que identificaban a sus protagonistas no por su nombre, sino por la descripción del motivo de su encarcelamiento.
Entre ellos se encontraban algunos de los imputados por el proceso independentista catalán, como Oriol Junqueras, el “número dos” del gobierno regional catalán destituido a finales de octubre por el Estado español, así como los presidentes de las asociaciones civiles Asamblea Nacional Catalana y Omnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, popularmente conocidos como los Jordis, quienes movilizaron al independentismo en las calles.
Aunque el texto del artista habla de ellos como “condenados”, en realidad se encuentran en prisión preventiva.
Lo problemático de la obra es su consideración de “presos políticos”, un estatus que solo les otorga el sector independentista y que les niegan organizaciones como Amnistía Internacional.
El propio artista tematiza ese concepto en la pieza, en la que se refiere a una falta de definición “más confusa aún en España debido a la tradición franquista y la prolongación de conflictos nacionales más allá de la transición”.
La galería accedió a retirar la obra para evitar fricciones con Ifema, que organiza ARCOmadrid, y que justificó la medida en un comunicado señalando que la polémica suscitada estaba “perjudicando la visibilidad del conjunto de los contenidos”, al tiempo que manifestó su respeto a la libertad de expresión.
Helga de Alvear explicó que “nos llamaron y nos pidieron que la obra no se viera en ARCO para evitar polémicas y así lo hemos hecho”, y negó cualquier censura. “Ríanse un poco, esto es arte”.
Sin embargo, no lo vio así Santiago Sierra (Madrid, 1966), quien reaccionó denunciando la “censura” por parte de la feria y acusando un “clima de persecución al que se ven sometidos los trabajadores culturales”.
El artista expresó su “relativa sorpresa y decepción” por la decisión, que consideró “daña seriamente la imagen de esta feria internacional y del propio Estado español”.
El director de la feria, Carlos Urroz, tampoco compartió la decisión, que calificó de una “idea malísima”. “Los artistas siempre tienen la libertad de expresarse como quieran”, y aclaró que “es la galería la que decide ponerlo o quitarlo”.
La controversia saltó también al sector de la política, donde el Ayuntamiento de Madrid, una de las instituciones que componen el consorcio de Ifema , manifestó su oposición a la decisión que, sin embargo, fue ratificada en una junta de urgencia celebrada a instancia suya. m