#LordNazi, ¿al servicio de Maduro?
La relación de México con Rusia ha sido poco menos que tormentosa, contradictoria y folclórica, más ahora que se nos apareció en Cancún un engendro de Rasputín, un viejo cosaco que, además de nazi salido del clóset, profesa una antimexicanidad profundamente trumpiana y KKK.
Primero el comunismo primitivo, luego Trotsky y el piolet asesino, más tarde el vodka Oso Negro, el ochichornia, el katachó, el Bolshói y el kalinka, kalinka, kayá del anticomunismo tricolor todavía más primitivo. Después vinieron los zapatos perestroika, el muro que se cayó por los temblores ideológico-financieros y el papel de Gorbachov en la transformación de la Unión Soviética en el rincón brujo de la mafia rusa. Ya luego nos tocó la invasión rusa en los téibols de la patria, las chicas de Ta.Tu., sin olvidar los hackers de Putin que le han horadado agujeros a la democracia yanqui dejándola cual queso gruyer.
Ya pensándolo bien, Aleksey Makeeb, mejor conocido en los bajos fondos como #LordNazi, me parece que forma parte de un complot venezolano para consolidar las siniestras tesis del dictador Maduro que ha señalado a México como un Estado fallido.
Solo porque hay más muertos que en Venezuela, más grupos delincuenciales, más caos y desorden en materia de impunidad e inseguridad, el tal Nicolás que habla con pajaritos y vacas no tiene derecho a mal hablar del gobierno mexicano.
Digo, a lo mejor de pronto debería tomar acciones más en secreto para combatir los males de la patria, pues cada que se organiza un gran espectáculo para anunciar dramáticos actos de gobierno, estos tristemente repuntan. En cuanto se habló de una gran decisión para combatir a los huachicoleros, estos parecen trabajar más a gusto y a sus anchas (ahí están las imágenes de los cientos de tráileres que esperan su turno para cargarse de gasolina chueca, mientras el director de Pemex ante pregunta expresa reconoce algo que casi nadie sabía: “Nos están robando”; algo que también ocurrió con el tema de los crímenes contra periodistas que, en vez de descender después del trágico caso del maese Javier Valdez, se fueron en aumento en lo que a secuestros y amenazas se refiere.
Digo, pero de ahí en fuera no debemos preocuparnos. Hay que tener la mirada de Tanya Müller, secretaria de Medio Ambiente de Mancera, que ante la contingencia ella solo ve idílicos cielos en la región más cochina del aire.
Nuestros lentes debería ser de esos. M