FECTOS, RABLES
Desde aguas sucias hasta aguas verdes, el dominio de EU y más, los Juegos Olímpicos de Río dejaron recuerdos para todos los gustos, un legado cuestionable para Brasil
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La cuenta total de los Juegos fue de unos 12 mil millones, entre fondos públicos y privados. “En Brasil hacemos las cosas a lo latino, lo que a veces enloqueció a algunos miembros del COI”, señaló el alcalde de Río, Eduardo Paes. “Si quieren ser justos con Río, no pueden compararnos con Tokio, Chicago o Madrid. Esas son ciudades con mucha mejor infraestructura, en países desarrollados. Comparen a Río con Río”.
EN EL MEDALLERO
Estados Unidos dominó con autoridad con 46 medallas de oro, exactamente la misma cantidad con la que encabezó los Juegos de 2012 en Londres.
La sorpresa fue el desempeño de Gran Bretaña, que con 27 oros desplazó a China del segundo lugar. Los chinos sumaron 26 preseas doradas, 12 menos que hace cuatro años.
“No estábamos seguros que lograríamos semejante éxito”, señaló Blackmun, el mandamás del olimpismo estadunidense.
Colombia tuvo su mejor actuación olímpica con tres otros, dos más que en cualquier justa anterior: Mariana Pajón repitió el título en BMX, Caterine Ibargüen ganó en el salto triple, y Oscar Figueroa en levantamiento de pesas. Argentina tuvo su mejor actuación desde 1948 con otros tres oros, de la judoca Paula Pareto, el equipo masculino de hockey sobre césped, y la pareja de Santiago Lange y Cecilia Carranza en vela.
Puerto Rico logró su primer oro gracias a la victoria de Mónica Puig en la final de tenis, mientras que México cerró con tres platas y dos bronces, una peor cosecha que en Londres donde consiguió un oro, tres platas y tres bronces.
AHORA, A TOKIO
Los Juegos de 2020 serán en la capital de Japón, y desde ya se avisaron algunos problemas por sus costos. El presupuesto que presentó el comité organizador fue de 350 mil millones de yenes (tres mil 500 millones de dólares), pero esa cifra parece una broma. Tan solo el costo del Estadio Olímpico ya alcanzaba los mil millones, antes de que los organizadores decidieran romper los planes y empezar de cero.
El costo del estadio de todas formas será cerca de 50% más caro que el cálculo original, y la fecha de conclusión de la obra fue fijada para noviembre de 2019.
“No creo que se puedan relajar”, advirtió Coates, el miembro del COI que dirige el equipo inspector. “Hay algunos problemas grandes, incluso para Tokio”. Agosto de 2016