Por lo que resta del torneo
Tomás Boy llegó a Cruz Azul condicionado por los resultados que consiga en este certamen; el entrenador descartó tener rencores hacia algunos celestes No hay que olvidar que en todo momento existen circunstancias que, cuando se es profesional, se tienen q
Ayer, cuando el reloj señalaba las 10 de la mañana, apareció sobre el campo de entrenamiento de La Noria la plana mayor del Cruz Azul, encabezada por el presidente Guillermo Álvarez Cuevas y el director deportivo Agustín Manzo, y a su lado, con semblante serio, Tomás Boy, el nuevo director técnico del equipo.
Breve charla y la foto oficial con la plantilla que se disponía a realizar el primer entrenamiento bajo las órdenes de su nuevo timonel, quien uno a uno saludó a los jugadores ante el morbo que ocasionaba su reencuentro con algunos elementos como el portero Jesús Corona, Fausto Pinto o Christian Giménez, con quienes sostuvo algunas rencillas cuando dirigía los hilos en Morelia; frío estrechón de manos con Pinto y Corona, no así con el Chaco a quien incluso se animó a darle una palmada en el pecho.
“Yo creo que todas esas son historias de campo que luego se presentan, no hay que olvidar que en todo momento existen circunstancias que, cuando se es profesional, se tienen que superar y hacer a un lado, sobre todo teniendo en cuenta que hay una institución que los ha contratado, confiando en ese profesionalismo”, dijo Álvarez Cuevas sobre la problemática del pasado entre Tomás y sus ahora pupilos.
El compromiso, en primera instancia, no es a largo plazo, es de seis partidos, hasta el cierre de la temporada regular, y su
Presidente de Cruz Azul
estreno se dará cuando reciban la visita de Dorados de Sinaloa. Después, serán los resultados los que dictaminen la permanencia de ElJefe en la institución.
“Las charlas fueron cortas, en tanto no se concluyó el compromiso del profesor Sergio Bueno. Fueron directamente con el profesor Tomás Boy y el compromiso es por lo que resta del torneo, con opción a dos torneos más”, apuntó Billy Álvarez.
Turno para la primera práctica de Boy con sus nuevos pupilos; toque de balón y ejercicios que culminaron con un interescuadras, en donde, según el propio entrenador: “Quise verlos jugar porque necesito ver rápido con quiénes voy a contar y qué pueden aportar al trabajo colectivo”.
Llegar a dirigir un equipo grande como lo es Cruz Azul no es algo que te ofrezcan todos los días, y pese a que el ex entrenador del Atlas terminó “fastidiado” por su travesía con los rojinegros, e incluso planeaba no dirigir en un buen tiempo, no pudo negarse a tal desafío.
“Cuando te habla Cruz Azul, un grande, no es tan sencillo decir que no”, dijo el otrora mundialista mexicano (1986) en conferencia de prensa.
Pese a que, “aparentemente, las condiciones” fueron las que dictaron su contrato por lo que resta del Apertura 2015, Tomás ve difícil llegar a la Liguilla, aunque tiene fe en armar un equipo competitivo, consciente de que las bajas y la incorporación de tantos refuerzos puedan ser un punto en su contra: “situaciones que le provocaron problemas al entrenador anterior, integrar todo no siempre es sencillo”, reflexionó.
Además, el nuevo timonel celeste explicó que “es difícil de responder (si habrá o no Liguilla), porque aunque está cerca tiene que haber un funcionamiento, tiene que haber un rendimiento, una reacción. Una plantilla con tantos buenos jugadores no es tan fácil integrarse, hoy en día los resultados inmediatos son muy importantes, y uno entiende esas cosas”.
NO SE ARREPIENTE
Añejos, pero no olvidados, son los recuerdos de aquel duelo de semifinales correspondientes al Clausura 2011, cuando un espontáneo sacó de quicio a algunos jugadores de Cruz Azul que veían cómo Tomás Boy y Monarcas Morelia ahogaban sus sueños de llegar a una Final.
Entre esos jugadores estaban Fausto Pinto, Christian Giménez y Jesús Corona, este último, evidenciado ante las cámaras propinándole un cabezazo a un elemento del cuerpo técnico michoacano, acción que, en su momento, fue descrita por Boy como la obra de un “desquiciado”.
Hoy, estos futbolistas se encuentran bajo su mando, y tras cuatro años de aquel episodio, Tomás Boy afirma no sentir arrepentimiento, aunque admite que las formas de expresarse en ese momento, no fueron las idóneas; descarta guardar rencor y apela al profesionalismo de ambas partes, de otra forma no hubiera aceptado el cargo.
“No estoy arrepentido de lo que hice, no me arrepiento porque en ese momento está la calentura, íbamos a llegar a una Final y a ganarle a un equipazo como lo era Cruz Azul en ese momento, pero no me arrepiento de nada, quizá cómo lo manejé, pudo ser la forma incorrecta”.
“No soy rencoroso, el tema tiene que ver con el profesionalismo, yo no tengo ningún resentimiento con nadie, me llevo bien con todos y no tengo enemigos”, sentenció.