La Gran Muralla Cortafuegos
Los chinos han estado construyendo murallas por cientos y hasta miles de años. El sentir ha sido el mismo: mantener a los enemigos fuera, que no afecten la vida como la conocen los chinos. A la fecha, el levantamiento de murallas persiste, con barreras en el comercio, con el cierre de las fronteras a agentes foráneos… y así, hasta lo que despliega el gobierno desde hace 20 años en el ciberespacio con la llamada Gran Muralla Cortafuegos o The Great Firewall.
Según Shi Anbin, profesor de medios y estudios culturales de la Universidad Tsinghua, de Pekín, la Muralla Cortafuegos fue construida para prevenir que “cierta información” entre a China, así como evitar la difusión de contenidos y opiniones que pudieran causar o fomentar el descontento de los ciudadanos.
Para Shi, la existencia de dicho muro virtual tiene menos que ver con la censura que con garantizar el estilo de vida de los 1.3 mil millones de chinos. Afirma que, como nación soberana, China tiene derecho a defender su seguridad por todos los medios. La Gran Muralla Cortafuegos, asegura, también tiene la misión de preservar la existencia y garantizar el éxito de las firmas chinas de internet.
“Solo basta mirar lo que ha sucedido en Europa para darse cuenta de que China necesita defender sus principales empresas de las de Estados Unidos”, dice Shi. Así, define un enfrentamiento entre las llamadas BAT360 contra las GAFA: Baidoo, Alibaba, Taeboo (por China) y Google, Amazon, Facebook y Apple (por EU). Con ello, para cualquier usuario dentro de China, es virtualmente imposible el acceso a los GAFA.
Ahora bien, a pesar de que Shi afirma que esta Muralla se va a caer, empujada por las leyes de la demanda interna, que tanto ha cambiado las condiciones del consumo (China es el mayor mercado de productos de lujo del mundo), el gobierno recientemente aprobó una serie de medidas para reforzar su control de internet al interior del país.
Por ello, desde mediados del mes pasado el gobierno ha arrestado a más de 15 mil personas por “arriesgar la seguridad en internet”, ha investigado desde julio más de 66 mil sitios y ha abierto casi 7 mil 500 casos de cibercrímenes. Con ello, el debate de la apertura a la red ha bajado de tono.
Ante ello, Shi dice que el gobierno local quiere crear un balance que le permita estructurar el acceso de los usuarios chinos a la red. “No hay otra forma de permitir que nuestras propias firmas de internet prosperen, ya que en Occidente no hay filtros al poder y al alcance de las firmas de EU, lo que se manifiesta en que 80% de los contenidos provienen de compañías anglosajonas y regiones como Europa han capitulado ante el embate de las empresas de Silicon Valley”.
Pero como es difícil poner diques al mar de la información digital, muchos ciudadanos chinos recurren al uso de herramientas para sortear y hasta romper este bloqueo digital. Una forma es el uso de los servicios VPN, es decir, redes virtuales privadas, que permiten disfrazar el punto geográfico desde donde se tiene acceso a internet.
Asimismo, hay canales en la deepweb que al estar más lejos del rastreo de las autoridades permiten la existencia de debates sin filtro.
Shi dice que no se podrá contener esta situación por mucho tiempo y aspira a que el libre acceso a la red por parte de los chinos sea de una manera ordenada. Y quizá, agrego yo, no será tan ordenada como masiva, caótica y a tropel, como los otros rubros, de lujo y básicos, que globalmente se definen a partir de lo que dictamina el voluminoso mercado chino.