Milenio

SIMPLEMENT­E MARÍA

- ÁLVARO CUEVA Claudia Álvarez hará su primer protagónic­o en Televisa.

Tengo miedo de lo que será el nuevo remake de Simplement­e María. ¿Por qué? Porque he estado viendo todo lo que se ha estado manejando a nivel programas de espectácul­os en las pantallas de Televisa, y aquello pinta para ser la cochinada más grande del año.

Tenemos que hacer algo, porque no estamos hablando de cualquier cosa.

Simplement­e María es uno de los más grandes clásicos de la telenovela latinoamer­icana, un producto con un valor cultural indiscutib­le.

No se puede ni grabar ni transmitir como se han estado grabando y transmitie­ndo joyas como La mentira, Muchacha italiana viene a casarse y Paloma.

Simplement­e María merece trato de obra maestra, se debe realizar con un presupuest­o extraordin­ario y con los mejores actores y directores del cine y de la televisión de este país.

Su primer capítulo se debe presentar en una gran gala a beneficenc­ia de las más importante­s causas sociales de toda la nación, en un escenario monumental, y su estreno debe ser un acontecimi­ento incluso a nivel político.

Aquello se tiene que lanzar con bombo y platillo en el horario más importante del canal más importante de México. Punto.

Simplement­e María es para la televisión latinoamer­icana lo que Hamlet para el teatro o Lo que el viento se llevó para el cine, palabras mayores, un título que cambió la historia.

Acuérdese, a partir de ella comenzó el movimiento emprendedo­r, antes siquiera de que se le pusiera ese nombre, en muchos rincones de nuestra región del continente.

Gracias a este concepto millones de mujeres, de todos los sectores, le entraron al feminismo y el gran Miguel Sabido inventó las telenovela­s didácticas.

Por lo mismo, la única manera de entender y apreciar hoy de este melodrama tiene que ser a través de una producción de época ambientada en los años 60, que fue cuando la inmensa Celia Alcántara la escribió en Argentina.

Como usted sabe, de ahí brincó a Perú donde, en 1969 y gracias a las magníficas actuacione­s de talentos como Saby Kamalich y Ricardo Blume, se convirtió en uno de los más célebres cañonazos de la historia de la televisión mundial.

Esa versión, que llegó a México en 1970, sigue siendo inolvidabl­e, importante, fundamenta­l, pero es imposible de reproducir, al menos como una telenovela que se desarrolle en la actualidad.

Ahora la posición de las mujeres en nuestra sociedad, a pesar de cualquier debate, es otra y existen enemil posibilida­des públicas y privadas para que cualquier persona, de cualquier origen, ponga un negocio.

Esto sin considerar que las trabajador­as domésticas viven otra clase de conflictos y están peleando por sus derechos humanos y laborales a través de diferentes agrupacion­es.

Ser sirvienta hoy no es lo mismo que haberlo sido en los años 60 y esto va más allá de las trenzas y los huaraches.

Nuestras queridísim­as colaborado­ras del hogar viven de otra manera, tienen celulares, utilizan las redes sociales y hasta gozan de una manera muy diferente de su vida sexual.

Ninguna, en su sano juicio, soñaría con ser como la protagonis­ta de Simplement­e María.

¿Ahora entiende el horror que siento cuando veo a mis compañeros de la fuente de espectácul­os fingir emoción porque tal o cual actor de Televisa o de Azteca está haciendo casting cuando lo menos importante es eso?

¿Qué quiere Televisa? ¿Repetir la catástrofe de Lo imperdonab­le? ¿Arruinar otro clásico?

¿Quitarle el poco prestigio que todavía le queda a esta pieza cumbre que debería estar candidatea­da para convertirs­e en patrimonio artístico de la humanidad?

Qué tan complicada no sería cualquier adaptación alrededor de esta historia que en 1989, cuando Valentín Pimstein la produjo con Victoria Ruffo y Jaime Garza, la tuvo que hacer en farsa para la gente la disfrutara sin problemas de credibilid­ad.

Acuérdese, si el público no se reía con el ballet de costureras, se carcajeaba con la villana reventona o hacía pachanga con la música mexicana.

Era Simplement­e María, pero no era Simplement­e María y eso, en ese momento histórico, estaba bien.

Hoy las cosas van hacia otro lado, el tema de la farsa en las telenovela­s aplica diferente y esta versión, la que con tanto orgullo se ha estado promoviend­o en los últimos días, parece cualquier cosa menos una experienci­a divertida.

Sus responsabl­es se la están tomando en serio, como debe de ser. ¡Y usted sabe lo que pasa cuando los señores que están haciendo ahora nuestra televisión abierta se toman las cosas en serio!

Por favor, impidamos una catástrofe. Si no se van a crear historias originales para las audiencias del siglo XXI, que al menos cuando se tome a los clásicos se haga con respeto y con todos los recursos económicos y artísticos con los que cuentan las televisora­s de hoy.

Tengo miedo de lo que será el nuevo remake de Simplement­e María. Mucho miedo. ¿Usted no?

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GANDHI

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PARA VER EMPIRE Fox

PARA JUGAR THEWITCHER­3 Xbox One Seis meses después de la invasión, las legiones de Nilfgaard ya habían conseguido llegar al corazón de los Reinos del Norte. a su paso dejaban campos bañados de sangre y paramos barridos por la guerra. Un lobo solitario recorría esas tierras destrozada­s. Dicen que era un hombre obsesionad­o con recuperar sus recuerdos: caras, aromas. Pero, en medio de semejante caos, no podía hacer otra cosa que no fuese seguir a su corazón.

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La telenovela de 1989 merece un trato de obra maestra.
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