Cambio climático: la cita de París, vital para el futuro
En la COP21, que se realizará a fin de año en Francia, se buscará alcanzar un acuerdo que permita contener el calentamiento por debajo de los 2° C
“México es un aliado sobresaliente de la UE en la búsqueda hacia un acuerdo universal”
Ante la proliferación de desastres naturales y fenómenos extremos en el mundo entero, hoy necesitamos cooperar para mitigar los efectos del cambio climático.
El diagnóstico ya se conoce. A falta de acciones concretas, la temperatura en el planeta podría sufrir un aumento de 4 o 5 grados celsius para 2100. Según los especialistas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Clima (GIEC), esto conllevaría la desaparición de zonas enteras del planeta, y entre ellas parte del litoral atlántico y pacífico de México, la Florida y buena parte de la costa de California, así como la destrucción de varios ecosistemas. ¡No lo podemos permitir!
La cita mundial de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP21, que se celebrará en la capital francesa entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre de 2015, será de vital importancia. Es preciso estar a la altura del compromiso firmado por los 196 miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) en Durban en 2011: lograr en 2015 la adopción de un nuevo acuerdo sobre el cambio climático aplicable a todos los países y que entre en vigor en 2020.
La Alianza de París, que queremos promover la Unión Europea y sus Estados miembros, busca precisamente enfrentar este reto. El objetivo de esta alianza es alcanzar durante la COP21 un acuerdo ambicioso, universal y vinculante, que permita contener el calentamiento climático global por debajo de los 2°C con respecto a la era preindustrial. Las anteriores COP — en particular la edición 16, que tuvo lugar en Cancún, en 2010, y durante la cual se aprobó este objetivo de los 2° C, y más recientemente, la COP 20, en Lima (Perú)— pavimentaron el camino, que aún falta por concluir.
Esta alianza no debe ser el asunto de un puñado de países, sino que debe incluir a todas las naciones en el marco de los compromisos bajo el principio central de responsabilidad común, pero diferenciada. Es decir, que aunque todos los países deberán comprometerse con acciones concretas, la formulación de éstas se diferencia según la situación de cada país.
La Unión Europea, asumiendo su responsabilidad en los esfuerzos internacionales a favor del cambio climático, ha presentado la contribución más ambiciosa hasta ahora. Los 28 países que la conforman se comprometieron en conjunto a reducir para 2030 sus emisiones de gases de efecto invernadero 40% con relación a los niveles registrados en 1990.
El compromiso de los países emergentes y en desarrollo es también, por su parte, indispensable. México es un aliado sobresaliente de la Unión Europea en la búsqueda hacia un acuerdo universal. El pasado 27 de marzo, México fue uno de los primeros países y el primer emergente en presentar sus contribuciones tentativas. Éstas reflejan un plan ambicioso de mitigación y adaptación, ya que prevén una reducción no condicional en 22% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hasta 2030, en comparación con el pronóstico sin las medidas contempladas.
El tema del financiamiento del cambio climático será sin duda uno de los importantes en la agenda de la negociación, pues deberá responder al compromiso formulado con motivo de la COP de Copenhague en 2009: la movilización por parte de los países desarrollados de 100 mil millones de dólares por año a partir de 2020, provenientes de financiamientos públicos y privados. La Unión Europea está comprometida en cumplir con la parte que le corresponde.
La lucha contra el cambio climático no solo es un asunto que compete a los 195 países y la Unión Europea, sino que atañe a todos. Es por eso que van a participar en la COP de París la sociedad civil, los empresarios y los gobiernos locales.
A este problema mundial debemos encontrar una solución mundial. En la Unión Europea hemos demostrado, a través de la disociación del crecimiento económico y los GEI en las dos últimas décadas, que este problema, lejos de ser un impedimento, es una verdadera oportunidad para generar innovación, crecimiento económico y empleos de alta calidad.
Ahora que la Unión Europa celebra este 17 de junio el Climate Diplomacy Day, es momento de promover el diálogo y endosar nuestros compromisos en beneficio de estas y las futuras generaciones. m