EN LA CÁRCEL Y EN LA CAMA SE CONOCE A LOS AMIGOS
Ya viene y usted no se la puede perder. ¿Qué? La tercera temporada de Orange is the New Black. ¿Cuándo? Este viernes 12 de junio. ¿Dónde? En Netflix. ¿Cómo? Con todos los capítulos disponibles para que usted los disfrute a su ritmo.
¿Por qué? Porque esta es una de las mejores series de televisión del mundo y porque usted merece eso, lo mejor. Punto.
¿Cuál es la nota? Que con este lanzamiento Netflix le está demostrando a la industria que no solo es capaz de realizar magníficas producciones propias.
No, que las puede sostener tanto o más que las series transmitidas por los medios tradicionales y que las puede convertir en éxitos económicos y artísticos.
Atrás de este concepto hay una gran historia de éxito, una lección de televisión, una experiencia que usted debe de ver pero ya.
Se lo aviso con tiempo para que lo apunte en su agenda y para que, en la medida de lo posible y en el remoto caso de que usted no conozca esta maravilla, la descubra y se ponga al día disfrutando de sus dos primeras temporadas que, por supuesto, siguen disponibles en Netflix.
Yo amo Orange is the New Black, porque es de una perfección dramática que reta a cualquiera.
No hay manera de verla y de no acabar completamente cautivado desde los primeros minutos.
Porque aquí uno ríe, llora, piensa y se emociona. Los guiones de Orange is the New Black son de una escala mucho muy superior si se les compara con la mayoría de los textos que se están generando en toda la industria a escala mundial.
Y ni hablar de la propuesta a nivel espectáculo, producción y actuación.
Como usted sabe, esta es la historia de las presas de una cárcel de mujeres, pero ni ellas son las típicas presas de toda la vida ni esa, la cárcel que estamos acostumbrados a ver en televisión.
Las mujeres de Orange is the New Black son como son las mujeres del siglo XXI. Nada de buenas, malas, bonitas, feas, lacrimógenas, exageradamente politizadas o en la intensidad dramática.
¡Para nada! Ellas no se pueden etiquetar, son impredecibles, completas, complejas, divertidas, profundas, irreverentes, vanidosas pero, sobre todo, inteligentes.
Y esa cárcel va más allá de los simbolismos tradicionales. Es el infierno, pero también el cielo, pero también el purgatorio.
Es lo que es: un trámite, un maldito trámite como muchos que usted y yo tenemos que padecer para salir adelante.
Aquí, en contraste con muchas series que tenemos en pantalla, no solo tenemos buenas situaciones, nos involucramos con cada uno de los personajes hasta hacerlos nuestros, hasta ponernos en sus zapatos.
Y esto es más interesante de lo que parece porque no es común que las grandes audiencias se pongan en los zapatos, por ejemplo, de una traficante.
Orange is the New Black es tan grande que aunque estamos trabajando con supuestas criminales, jamás se siente algo parecido a la apología del delito.
Al contrario, en esta joya el delito forma parte del contexto de las protagonistas tal y como forma parte de nuestra vida, aunque no nos guste.
Y aunque pasan cosas tremendas, jamás hay juicios de valor y lo que prevalece es la luz, la esperanza, algo insólito para el universo de las series carcelarias.
De hecho, yo se la recomiendo para que se cargue de optimismo, para que se ponga de buenas.
No por nada esto, que para muchas personas pudiera ser la cosa más dramática del universo, navega por la vida con bandera de comedia.
Y es que la verdadera comedia es sinónimo de inteligencia y de crítica social, la verdadera comedia, hoy más que nunca, es y debe ser como Orange is the New Black.
¿Qué es lo que vamos a ver en esta tercera temporada que no hayamos visto antes?
Primero, la más exquisita continuidad dramática de todos y cada uno de los personajes de esta serie.
Después, un montón de cosas nuevas, personajes, situaciones sin dejar de respetar el espíritu original de esta propuesta.
No le voy a vender la trama porque sería de muy mal gusto pero creo que este nuevo paquete de capítulos tiene todo para convertirse en el favorito del público mexicano y latinoamericano en general.
Desde poderosos referentes culturales a celebraciones tan nuestras (y de todos) como el Día de las Madres hasta la lucha en contra de la corrupción pasando por la supervivencia en tiempos de crisis y más, mucho más.
Para mí, como crítico, sería muy fácil clavarme en lo de siempre y saturarlo con los mismos comentarios de los mismos programas de las mismas cadenas, ¿pero sabe qué? No se me hace justo.
Hoy se está haciendo la mejor televisión de todos los tiempos, Orange is the New Black es una clara demostración de esto y usted la tiene que ver.
Por lo que más quiera en la vida, haga una pausa en el camino, apúntelo en su agenda y luche por ver la tercera temporada de esto a partir del próximo viernes en Netflix. ¡Le va a encantar! Se lo garantizo.