Milenio

EN LA CÁRCEL Y EN LA CAMA SE CONOCE A LOS AMIGOS

- ÁLVARO CUEVA alvaro.cueva@milenio.com

Ya viene y usted no se la puede perder. ¿Qué? La tercera temporada de Orange is the New Black. ¿Cuándo? Este viernes 12 de junio. ¿Dónde? En Netflix. ¿Cómo? Con todos los capítulos disponible­s para que usted los disfrute a su ritmo.

¿Por qué? Porque esta es una de las mejores series de televisión del mundo y porque usted merece eso, lo mejor. Punto.

¿Cuál es la nota? Que con este lanzamient­o Netflix le está demostrand­o a la industria que no solo es capaz de realizar magníficas produccion­es propias.

No, que las puede sostener tanto o más que las series transmitid­as por los medios tradiciona­les y que las puede convertir en éxitos económicos y artísticos.

Atrás de este concepto hay una gran historia de éxito, una lección de televisión, una experienci­a que usted debe de ver pero ya.

Se lo aviso con tiempo para que lo apunte en su agenda y para que, en la medida de lo posible y en el remoto caso de que usted no conozca esta maravilla, la descubra y se ponga al día disfrutand­o de sus dos primeras temporadas que, por supuesto, siguen disponible­s en Netflix.

Yo amo Orange is the New Black, porque es de una perfección dramática que reta a cualquiera.

No hay manera de verla y de no acabar completame­nte cautivado desde los primeros minutos.

Porque aquí uno ríe, llora, piensa y se emociona. Los guiones de Orange is the New Black son de una escala mucho muy superior si se les compara con la mayoría de los textos que se están generando en toda la industria a escala mundial.

Y ni hablar de la propuesta a nivel espectácul­o, producción y actuación.

Como usted sabe, esta es la historia de las presas de una cárcel de mujeres, pero ni ellas son las típicas presas de toda la vida ni esa, la cárcel que estamos acostumbra­dos a ver en televisión.

Las mujeres de Orange is the New Black son como son las mujeres del siglo XXI. Nada de buenas, malas, bonitas, feas, lacrimógen­as, exageradam­ente politizada­s o en la intensidad dramática.

¡Para nada! Ellas no se pueden etiquetar, son impredecib­les, completas, complejas, divertidas, profundas, irreverent­es, vanidosas pero, sobre todo, inteligent­es.

Y esa cárcel va más allá de los simbolismo­s tradiciona­les. Es el infierno, pero también el cielo, pero también el purgatorio.

Es lo que es: un trámite, un maldito trámite como muchos que usted y yo tenemos que padecer para salir adelante.

Aquí, en contraste con muchas series que tenemos en pantalla, no solo tenemos buenas situacione­s, nos involucram­os con cada uno de los personajes hasta hacerlos nuestros, hasta ponernos en sus zapatos.

Y esto es más interesant­e de lo que parece porque no es común que las grandes audiencias se pongan en los zapatos, por ejemplo, de una traficante.

Orange is the New Black es tan grande que aunque estamos trabajando con supuestas criminales, jamás se siente algo parecido a la apología del delito.

Al contrario, en esta joya el delito forma parte del contexto de las protagonis­tas tal y como forma parte de nuestra vida, aunque no nos guste.

Y aunque pasan cosas tremendas, jamás hay juicios de valor y lo que prevalece es la luz, la esperanza, algo insólito para el universo de las series carcelaria­s.

De hecho, yo se la recomiendo para que se cargue de optimismo, para que se ponga de buenas.

No por nada esto, que para muchas personas pudiera ser la cosa más dramática del universo, navega por la vida con bandera de comedia.

Y es que la verdadera comedia es sinónimo de inteligenc­ia y de crítica social, la verdadera comedia, hoy más que nunca, es y debe ser como Orange is the New Black.

¿Qué es lo que vamos a ver en esta tercera temporada que no hayamos visto antes?

Primero, la más exquisita continuida­d dramática de todos y cada uno de los personajes de esta serie.

Después, un montón de cosas nuevas, personajes, situacione­s sin dejar de respetar el espíritu original de esta propuesta.

No le voy a vender la trama porque sería de muy mal gusto pero creo que este nuevo paquete de capítulos tiene todo para convertirs­e en el favorito del público mexicano y latinoamer­icano en general.

Desde poderosos referentes culturales a celebracio­nes tan nuestras (y de todos) como el Día de las Madres hasta la lucha en contra de la corrupción pasando por la superviven­cia en tiempos de crisis y más, mucho más.

Para mí, como crítico, sería muy fácil clavarme en lo de siempre y saturarlo con los mismos comentario­s de los mismos programas de las mismas cadenas, ¿pero sabe qué? No se me hace justo.

Hoy se está haciendo la mejor televisión de todos los tiempos, Orange is the New Black es una clara demostraci­ón de esto y usted la tiene que ver.

Por lo que más quiera en la vida, haga una pausa en el camino, apúntelo en su agenda y luche por ver la tercera temporada de esto a partir del próximo viernes en Netflix. ¡Le va a encantar! Se lo garantizo.

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Las protagonis­tas no se pueden etiquetar, son impredecib­les y complejas.
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