AMANDA ROSA DA SILVA: “AMAR LO BUENO”
Llegó a nuestro país a los 23 años como modelo, y terminó trabajando en la televisión. “En México pasé los mejores años de mi vida”, afirma. “Crecí como persona, tengo una carrera y los mejores amigos del mundo. México siempre será mi hogar”.
No obstante, su espíritu siempre libre la ha llevado a abrir una productora en Chile, otra de las inquietudes que tenía: trabajar detrás de cámaras (aunque sigue haciendo participaciones en algunos programas “para no extrañar”). “Ya estamos produciendo contenido para algunos canales de televisión”.
Para Amanda, hay tres palabras esenciales en su vida: Brasil, México y Chile. “Brasil, ese país alegre, huele a infancia”, comenta. “Brasil es la casa de mi mamá, oliendo a café, o sea, la plenitud”. México, en cambio, le parece surrealista. “Huele a guerras vencidas, a crecimiento, a velocidad. Todo pasa aquí, todo el tiempo: vengo y me siento en una licuadora de informaciones”.
Por su parte, Chile es la novedad, un lugar en el que abre los ojos y ve la cordillera, algo que “no tiene precio”. “En Chile cada esquina me tranquiliza. El buen vino me tranquiliza. Aquí huele a picnic, a sentarse y platicar un rato. A no tener prisa. Algo que estoy aprendiendo a amar. Y amar lo bueno es muy fácil”.