SUSPENSIÓN NO ES CANCELACIÓN
La Reforma sigue adelante: Peña Nieto
La verdad es que han sido muy exageradas las críticas a la decisión de la Secretaría de Educación Pública de suspender temporalmente el proceso de evaluación docente.
Pareciera que la expresión “suspensión indefinida” fuera sinónimo de “cancelación definitiva”, no lo que estrictamente significa: posposición de una medida previamente tomada.
Posponer medidas es algo normal en la política y en la vida misma. La razón es muy simple: nuestros planes, por más elaborados que sean, están sujetos a contingencias. Y no se niegue que era obligación del gobierno actuar con prudencia política, ante la manifiesta negligencia de los grupos opositores a la Reforma Educativa, que tienen en estado de sitio el proceso electoral.
Las elecciones se llevan a cabo en las peores condiciones ha dicho el propio presidente del INE, Lorenzo Córdova. El gobierno actuó con responsabilidad y otra cosa es y será la actitud de los enemigos de la Reforma, de la CNTE y de otros grupos igualmente enemigos de la democracia.
Una reforma compleja
O sea, posponer y modificar planes cuando así lo dictan las circunstancias es expresión por lo menos de cordura, no de claudicación ni de cobardía, como algunos han querido hacer ver.
Con más razón tratándose de una reforma tan profunda, compleja y de efectos sociales y políticos multiplicadores.
Ni siquiera los deterministas más inflexibles se aferran tan ciegamente a sus predicciones. Pero se entiende que muchos sí lo hagan queriendo llevar agua a su molino, o sea, dígase PAN o PT.
Pareciera que los críticos de la posposición asumen que la reforma puede realizarse en el vacío, al margen de las contingencias de la vida política, contingencias con muchas aristas, como cualquiera puede ver.
Estos acontecimientos se han agudizado y acumulado al calor de la lucha política, la cual transcurre según su propia lógica.
Tal es la razón de que la negociación política con las fuerzas del magisterio opuestas a la Reforma Educativa sea llevada por la Secretaría de Gobernación. Esto es así hace décadas.
Hay que seguir adelante: Peña Nieto
El secretario Emilio Chuayffet ha declarado enfática y repetidamente que la dependencia a su cargo carece de las facultades legales para llevar a cabo la totalidad de sus propósitos. Incluso ha anunciado una iniciativa de ley para investir a la SEP de las facultades necesarias.
Por otro lado, el gobierno mexicano no es monolítico. No lo fue siquiera en la época de partido casi único. Todas las decisiones pasan por el tamiz de distintas visiones y urgencias. Por supuesto, una vez tomada una decisión se impone la alineación de fuerzas como condición indispensable de la labor de gobierno. Si no, que gobierno fuera éste del Presidente Peña Nieto.
La Reforma Educativa lleva su propio ritmo. Se han practicado ya dos exámenes de selec- ción de personal docente. No es difícil entender que las evaluaciones subsecuentes tendrán que practicarse según lo acordado y decidido, una vez que la contingencia política actual haya pasado.
Hay que reiterarlo: no habría sido responsable por parte de nadie del gobierno esconder la cabeza ante la impugnación de la reforma en algunas entidades del país. Y sí no se ve en ello una razón para la suspensión, es que quieren que el gobierno se suicide o que la Reforma, entonces sí, se descarrile.
El martes pasado el presidente Enrique Peña Nieto dio una respuesta diáfana, a la pregunta de si se claudicó en la Reforma Educativa: “hay que seguir adelante”.
Los apresurados tendrán que esperar. La Reforma no está muerta y tiene dueño: los alumnos y los docentes de México.