La vuelta a los orígenes: investigar para decidir (segunda parte)
3.5 Universidades Regionales. El SES ha ido creciendo y diversificándose más por impulso de la demanda que por la planificación cuidadosa y ordenada. Los subsistemas (Universidades tecnológicas, politécnicas, institutos tecnológicos y universidades privadas), en diferentes grados, comparten esa misma característica. Se hace necesario un tipo de institución diferente que complemente ese universo ya constituido. En tal sentido, complementar significa también hacer cosas diferentes a las que ya se realizan en dicho universo, lo cual significaría concebir a cada una de esas instituciones con una referencia explícita y enfoques volcados hacia la satisfacción de necesidades del país. Esto significa que las instituciones tomen en cuenta las cuestiones de competitividad internacional, la vinculación con empresas y organizaciones sociales, así como, con el carácter de palanca del desarrollo del país, ahí se generen los conocimientos y se formen a los profesionales en materias conectadas con dichas necesidades (sustentabilidad, energía, agua, tecnología, etc.).
Asimismo, y sobre el modelo de dichas instituciones, el propósito inicial de él sería estrechar la brecha entre objetivos institucionales proclamados y resultados obtenidos, siendo esto una cuestión crucial.
En los noventa años de existencia de la SEP el tema de universidades regionales (o nacionales, diseminadas geográficamente) ha aparecido claramente en cuatro momentos: durante el gobierno de A. Obregón (Vasconcelos), Cárdenas (Vázquez Vela), Ávila Camacho (Torres Bodet) y López Mateos (Torres Bodet) . Con diferencias en el número de instituciones propuestas y en las tareas a su cargo, el tema reaparece en este momento como una propuesta que complementaría el actual SES. No sólo servirían, aunque en menor medida, para coadyuvar en el asunto de la cobertura, sino que más bien en el de las cuestiones de calidad, con las propias instituciones propuestas como con las pertenecientes al resto del SES.
La propuesta sería crear cuatro instituciones con dichas características generales, orientadas, por tanto, de modo predominante al estudio y atención de necesidades estratégicas del país, circunstancia que configuraría necesariamente la especialización en ciertas áreas del conocimiento.
Las cuestiones de calidad significarían precisamente eso: universidades cualitativamente diferentes. Esto querría decir que, desarrollando las tres funciones básicas, sus instrumentos, contenidos específicos, formas de integración y estilos de gestión fuesen absolutamente innovadores.
Definir esos aspectos innovadores para cada una de dichas funciones sería una tarea inicial en el diseño de una propuesta como esa. A guisa de ejemplo, aquí se mencionan algunas propuestas: a) interactuar, complementar y ser una especie de segundo piso de universidades ya establecidas (tecnológicas y politécnicas); b) responder a necesidades locales primordialmente, sin desmedro de tareas conectadas a objetivos nacionales; c) ser la punta de lanza para integrarse en
clústers y liderar el establecimiento de laboratorios industriales a partir de sinergias con otras instituciones y fuerzas productivas; d) la vinculación se asumiría como una especie de cuarta función; e) sus estructuras de gobierno contendrían la representación de entidades federales que participen del proyecto (Sep, Se, Conacyt, autoridades locales y fuerzas vivas locales).
Una inic iativ acomoes tapresupone unpl anespecífic oenmateria deeducación, ciencia y tecnología que, enlazándose con los instrumentos de plane aciónnac ional,cons iderelapro puestaen el ámbito de la generación de otros tantos polos de desarrollo nacional. En ese sentido, no se trataría de partir de cero, alcontr ario:lacola boraciónconi nstituciones de educación superior y centros deinve stigaciónydes arrollotecnoló gicoyaesta blecidos,a sícomo supersonal, es absolutamente indispensable desde laco ncepciónd edichoplan. Elejemplo delaU AM,a39a ñosdedis tancia,podría ser un camino a seguir.
3.6 Recambio de Personal Académico. La mayor parte de la planta académica de las IES públicas, reclutada a lo largo de los años setenta y primera mitad de los ochenta, ha llegado a una edad de jubilación biológica y de actualización de conocimientos y experiencias educativas y profesionales. Hay, por supuesto, un buen número de excepciones, pero sólo son eso y, aunque sea grande ese número, es una porción pequeña frente a la planta total del país. Dado el régimen de jubilación prevaleciente en muchas IES (particularmente en las “federales” y en algunas de las entidades federativas), y el sistema de remuneración vigente, la jubilación en estricto sentido sólo se seguirá dando a cuenta gotas.
Para realizar lo anterior se requiere un gran programa nacional que, con recursos de la SEP y parcialmente de las entidades federativas, permita emprender ese recambio, con las características de ser sólo por una vez y dentro deun periodo de terminado(un sexenio, porejemplo). Estosi gnificaría, probablemente (habría que explorarlo en todas sus facetas), mecanismos muy creativos que, haciendo atractiva la jubilación, sólo se apliquen a los miembros del personalac adémicoque ya está jurídicamente en situación de retiro. Al mismo tiempo, esto debería estar unido a programas de reclutamiento nacional e institucional del nuevo personal académico. El caso de la UNAM, a finales del año pasado constituiría un buen modelo a seguir.
Esta temática tendría una enorme conexión con las leyes del Seguro Social, ISSSTE y de Pensiones en entidades federativas. Además, posiblemente con un régimen especial en materia fiscal por parte de la SHCP. Igualmente, con nuevas formas de contratación del personal ya jubilado en actividades específicas (sin lastimar principios básicos de la Ley Federal del Trabajo).
3.7 Retención y Eficiencia Terminal. Los números y proporciones en estas materias no han mejorado sustancialmente al paso de los años (sesenta y cincuenta por ciento, respectivamente para la media superior y superior) no obstante las innovaciones, programas específicos (Pifi, Promep, Pronabes) y el mejoramiento en general del SES y sus instituciones. Esta es una materia que depende totalmente de las IES y, aunque se han puesto en vigor algunos mecanismos relacionados con ella (programa de tutores, por ejemplo), en general, el esfuerzo parece poco coordinado y, como ya se apuntó, no se vislumbra un avance sustancial. Inclusive, las propias bases estadísticas al respecto sonmu yhetero géneas, poniéndose en duda su confiabilidad.
Desde el sexenio pasado, la Subsecretaría de Educación Superior emprendió un estudio sobre deserción,
cuyo resultados no están disponibles aún o, por lo menos, no han sido dados a conocer. Con base en él, o cualquier otro que se haga, podría responder a los cuestionamientos en materia estadística antes enunciados, precisar muy bien el problema y sus dimensiones, para, generar las propuestas que (en el ámbito de la SEP, ANUIES y las propias IES) permitieran enfrentar el problema. Un fondo especial, definido y financiado por la SEP, unido a fondos y planteamientos de las propias IES, podrían ser el camino.
Todo lo anterior tendría una conexión estrecha con el programa sectorial de educación, con varios de los fondos y programas ya existentes, con los propios planes de desarrollo de las IES, con programas remediales ya establecidos y otros similares. Sería muy importante conocer y divulgar programas exitosos en esa materia.
3.8 Modelos educativos/acadé
micos e innovación. La expansión del SES se ha dado, básicamente, sobre los moldes ya existentes cuatro décadas atrás: incrementos en profesores, espacios educativos y presupuesto. El modelo educativo predominante es el del profesor que enseña y el alumno que aprende. Los enfoques basados en el alumno como centro del aprendizaje (salvo algunas IES que lo han fomentado exitosamente) son más de nombre que de realidad. La capacitación y actualización de profesores, los nuevos enfoques educativos y técnicas de enseñanza, es una raraavis en los subsistemas y en las IES. Agréguese a esto el escaso desarrollo que tiene la educación a distancia así como la educ acióncontinua permanente dentro de los programas de las IES.
En un México situado plenamente en la globalización económica y en la era del conocimiento, la innovación educativa se erige como una tarea absolutamente necesaria ¿impulsar centralizadamente la innovación en este terreno o dejarla como actividad que desarrolle cada casa de estudios? parecen ser los extremos indispensables de analizar para emprender una tarea tan significativa como esa.
3.9 Educación superior, ciencia y tecnología. En buena parte de sus objetivos la educación superior se complementa con el fomento a la ciencia y tecnología nacionales. Una institución como el SNI, que llega ya a 20 mil miembros, ha sido una parte esencial en el desarrollo de la educación superior. Identificar cuáles son esos aspectos complementarios y reflejarlos en el PND y en los respectivos programas sectoriales constituye una tarea de primer orden. Sectorialmente pueden estar separados para un mejor tratamiento, funcionalmente no.
3.10 Vinculación. Cada vez es más patente la necesidad de fortalecer la vinculación del sector educativo científico y tecnológico con el productivo e industrial. Esta vinculació nseríaparte de una estrategia que permita, simultáneamente, formar capital humano y llevar a cabo investigaciones que apoyen el desarrollo regional y nacional.
Como lo ha expresado ANUIES, al referirse al SES: “la vinculación no es una función sustantiva en sí misma sino un atributo fundamental de todas ellas, un eje transversal que debe guiar el quehacer institucional en su conjunto” (Véase ejemplo de agua mineral de Tehuacán y la UNAM desde principios de los años 50). 4. Conclusión La disyuntiva planteada en el inicio de este texto (‘más de lo mismo’ por relevante que haya sido, o el inicio de una modificación cualitativa y radical’) juega más el papel de un recurso pedagógico-expositivo que una posibilidad real que pueda presentarse en la administración pública federal. Mucho de lo realizado en el pasado está bien hecho y debería continuarse, fortalecerse o corregirse. Metas como las de matrícula y cobertura son ineludibles y llevan un conjunto de dispositivos y acciones asociadas, tal y como es el Programa Nacional de Becas, cuya ampliación ya ha sido anunciada. Pero, al mismo tiempo, está la oportunidad de iniciar nuevos y releva ntesprogra masque modifiquen el rumbo seguido por cuatro décadas y/o siembren las semillas para acciones trascendentales en el largo plazo.
Cuando se dio a conocer el primer Plan Nacional de Desarrollo, en la época del Presidente De la Madrid, el diagnóstico que se hizo del sector educativo decía: “la calidad de la educación se ha rezagado al respecto de la expansión del sistema”. Treinta años después tal diagnóstico sigue siendo válido para la educación superior. ¿Será este el tiempo en que la transformación se haga posible?
Marzo 19, 2013.