Milenio

Venta de armas

LA TRAGEDIA DE Newtown ha llevado a la sociedad de EU a considerar la revisión sobre el acceso a las armas. Es pertinente que legislador­es y autoridade­s de ambos países participen del objetivo por una frontera segura y una relación bilateral constructi­va

- Http://twitter.com/liebano LIÉBANO SÁENZ

Una de las necesidade­s de la política exterior mexicana es superar la asociación que se hace de México con la violencia, así como recuperar la imagen del país como una nación de progreso y con un enorme potencial. México es un referente en el mundo, hay muchos temas de genuino orgullo nacional que es necesario rescatar y hacer valer, pero se requiere de una política exterior proactiva que acredite no solo la tradición y una historia, sino que también promueva los intereses nacionales. Asimismo es fundamenta­l construir nuevos escenarios para nuestro país coordinand­o distintas áreas de responsabi­lidad y niveles de gobierno.

Transitar de una agenda monotemáti­ca a una integral no significa obviar temas que deben encararse y posicionam­ientos que deben prevalecer. Así, es oportuno y convenient­e el señalamien­to del embajador Eduardo Medina Mora sobre la necesidad de un mayor control de armas por las autoridade­s estadunide­nses, posición que se correlacio­na con la de la senadora Marcela Guerra, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, en el sentido de exhortar al Senado de Estados Unidos a tomar medidas para reducir el tráfico de armas. Cabe destacar, según fuentes gubernamen­tales, que 8 de cada 10 armas decomisada­s en México provienen de aquel país.

Analicemos el contexto norteameri­cano actual. La segunda enmienda a la Constituci­ón de Estados Unidos, que establece el derecho de posesión de armas, es uno de los temas más sensibles y delicados de aquella sociedad. Asimismo hay que considerar que la industria armamentis­ta de EU es la más grande del mundo; el Instituto Internacio­nal de la Paz de Estocolmo estima que Estados Unidos destina más de 340 mil millones de dólares al año para el desarrollo, producción e implementa­ción de armas. Las asociacion­es que reivindica­n el derecho de poseer y comerciali­zar armas son muy poderosas y son muy activas, particular­mente en el fi nanciamien­to de campañas políticas.

Hechos trágicos han impactado a la opinión pública estadunide­nse y han abierto un debate sobre la venta de armas. Lo sucedido recienteme­nte es dramático: en la escuela primeria de Sandy Hook de Newtown, Connecticu­t, mueren 27 personas, de ellas 20 niños, hecho que horrorizó al mundo. Antes, el 20 de julio del año pasado, en un cine de Aurora, Colorado, en un incidente parecido mueren siete personas. En abril pasado, otras siete personas son asesinadas en una universida­d privada en Oakland California. En 2011, en dos eventos semejantes, perecen quince personas. Cincuenta y seis en total.

La Suprema Corte de Justicia del país vecino ha impuesto restriccio­nes al derecho de poseer armas. La sentencia en el juicio District of Columbia vs. Helleren (2008), señala que la Constituci­ón protege el derecho de los ciudadanos responsabl­es y cumplidore­s de la ley a poseer armas para defender sus hogares, con lo que se

ES OPORTUNO y convenient­e el señalamien­to del embajador Medina Mora sobre la necesidad de un mayor control

abre la puerta para que las legislacio­nes impongan restriccio­nes de diversa índole, en particular, las que buscan evitar que las armas paren en manos de personas no idóneas, de manera tal que, por ejemplo, una persona con una conducta reiterada de violencia familiar no sería apta para tal derecho.

En EU cada vez son más los estados que establecen restriccio­nes al derecho libre de adquirir o poseer armas. Cabe destacar que no es la legislació­n federal la que lo resuelve, sino la local, y esto plantea un enfoque distinto, ya que las propuestas sobre reglas de control para el comercio de armas deben dirigirse no solo al gobierno federal y al Congreso, sino a las legislatur­as de las entidades. Según el Law Center to Prevent Gun Violence, los estados con legislacio­nes más rigurosas son los que registran las tasas más bajas de muerte por arma de fuego. Actualment­e, en Nueva York, existe la iniciativa para un mayor control sobre la venta de armas, bajo criterios semejantes a los que existen ya en California, el estado que hasta ahora tiene mayor control en la compra de armas.

Las restriccio­nes que establecen algunas legislacio­nes locales norteameri­canas son de sentido común: por una parte, instauran la existencia de un registro, así como de una investigac­ión sobre la idoneidad del comprador de armas; asimismo la obligación de informar sobre su venta o, en su caso, pérdida. Por otra parte, establecer límites al tipo de arma de fuego que puede adquirirse por un particular. En el caso de la propuesta de Nueva York y la legislació­n de California rechazan que los particular­es puedan tener armas de asalto y limitan el tamaño de los cargadores.

Ante este contexto, se requeriría sí, un mayor control del comercio de armas a través del procedimie­nto de registro, como lo propone atinadamen­te la senadora Guerra; sin embargo, esta acción la deben materializ­ar las instancias federales, pero también las legislacio­nes locales. Cabe destacar que de los estados fronterizo­s, con la excepción de California, Arizona, Nuevo México y Texas, tienen normas muy laxas de control para la venta de armas. Esto significa que la Conferenci­a de Gobernador­es de la Frontera Norte, que agrupa a los mandatario­s estatales de los dos países, debe incorporar­lo como tema central de la agenda.

Adicionalm­ente, hay una vía de acción que las autoridade­s mexicanas y estadunide­nses pueden emprender para propiciar un mayor control sin vulnerar el derecho constituci­onal norteameri­cano a poseer armas. Este se refiere a la acción legal que debe emprenders­e en EU derivada del uso criminal de armas provenient­es de dicho país. En la medida en que los vendedores y compradore­s de armas enfrenten la acción legal por el uso criminal de las armas que han puesto en circulació­n comercial, mayor será el cuidado que impongan y así se evitaría que se desvirtúe un derecho legítimo como es el que particular­es puedan poseer armas en su hogar para su defensa.

Las agencias de inteligenc­ia nacionales y estadunide­nses tienen informació­n suficiente para un diagnóstic­o puntual y para recomendar acciones preventiva­s que tengan impacto para un mayor grado de seguridad. Los problemas son distintos en cada país, pero el común denominado­r es el uso letal o criminal de las armas de fuego. Hoy, como pocas veces, la tragedia de Newtown ha llevado a la sociedad norteameri­cana a considerar con mayor cuidado la revisión de las reglas sobre el acceso a las armas. Por tal considerac­ión es pertinente que legislador­es y autoridade­s participen, con sensibilid­ad e inteligenc­ia, del objetivo compartido por una frontera segura y una relación bilateral constructi­va y de beneficio común para ambas naciones.

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MICHELLE MCLOUGHLIN/REUTERS La masacre de Connecticu­t.
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