El Pacto de Madero y Zambrano
Ayer el gobierno de la República, representado por sus dos cabezas más visibles después de Enrique Peña Nieto — los secretarios de Hacienda y de Gobernación—, volvió a hacer una apuesta pública y notoria por los dos actuales grupos en el poder en el Partido Acción Nacional y en el de la Revolución Democrática.
Y el panista y el perredista devolvieron el favor.
Se empieza a ver como normal lo que hace años no sucedía.
El evento de ayer, además, sucedió en un momento peculiar para Gustavo Madero, Jesús Zambrano y las facciones que representan.
Ayer mismo, en el Zócalo, comenzó el proceso de creación del partido que competirá con el PRD por cada uno de los votos de la izquierda mexicana. Y un día después de que el presidente del PAN tuviera que dar largas y complicadas explicaciones de por qué el panismo había desatendido masivamente el llamado a refrendar su preferencia y que una figura del tamaño de Diego Fernández impugnara su liderazgo.
La lista de los representantes partidistas en el llamado Consejo Rector del Pacto por México, con la excepción, creo, de Pablo Gómez en la lista del PRD, confirman esta apuesta por un par de grupos específicos y atienden a las necesidades políticas de los presidentes de la oposición. Ayer mismo el senador panista Javier Lozano tuiteó: “Va un buen consejo al Consejo Rector del ‘ Pacto por México’: recuerden que las reformas las aprueba el Congreso, no funcionarios de partidos”. La trinca Cordero, Lozano, Gil lidera hoy a los panistas del Senado y no será un obstáculo sencillo en medio de la lucha por el partido, la que se dará en los próximos meses.
En el PRD, la fracción bejaranista busca establecer su propia interlocución con el gobierno más allá de Los Chuchos, como lo demostraron los dimes y diretes después de la reunión de Dolores Padierna con Luis Videgaray. Y habrá que ver en los meses venideros cuántos legisladores perredistas acuden a afiliarse a Morena.
El gobierno ha apostado por fortalecer a Madero y a Zambrano — y, por supuesto, a sus particulares facciones. Y estos han prestado su figura a un gobierno que puede presumir de los consensos logrados.
De cómo estos dos personajes naveguen las turbulentas aguas de sus partidos en los próximos meses, y de cuánto los ayude el gobierno en esa travesía depende el destino de buena parte del Pacto por México.