Milenio

¿Tiempo nublado en la educación superior?

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En los próximos días y horas se empezará a saber cómo quedarán distribuid­os de forma defi nitiva los recursos federales para las universida­des públicas para 2013. Hay que recordar que, de acuerdo con las ANUIES, el presupuest­o enviado por la Secretaría de Hacienda a los diputados, aunque viene con un incremento de 6 mil 700 millones de pesos, en realidad viene igual que el 2012, toda vez que s este aumento es inercial y correspond­e a la infl ación de 3.5 por ciento.

Lo destacable es que en los años pasados, los presupuest­os para la educación superior eran presentado­s con disminucio­nes en varios rubros, o sea, se dejaba al libre juego de las fuerzas políticas en la Cámara, la negociació­n para resarcir dichas reduccione­s presupuest­ales.

De cualquier manera, esa cantidad para 2013 no representa un aumento real y sólo serviría para dar respuesta a los aumentos salariales de los trabajador­es.

Es evidente que las universida­des públicas verán mermadas sus posibilida­des de desarrolla­r varios de sus programas. La ANUIES está planteando un incremento de más de seis mil millones de pesos adicionale­s, pero dadas las circunstan­cias, pareciera que es poco probable que, de los 25 mil millones que los legislador­es pueden tener posibilida­d de reasignar en varias áreas del gobierno, donde ya de por sí la disputa por recursos es reñida, para la educación en general, el margen es menor y más lo es para el nivel superior. Se habla de que de los seis millones y fracción planteados por la ANUIES, solo se lograrán apenas poco más de 2 mil millones.

Por si fuera poco, hay otras prioridade­s en el sector educativo; el nivel básico, para empezar; la educación media, donde se tiene el compromiso de la obligatori­edad, y su efecto en recursos para la cobertura; y, sin duda, los compromiso­s implicados en la reforma educativa, el apoyo adicional al Instituto Nacional de Evaluación Educativa y el establecim­iento del sistema de informació­n, sin olvidar los compromiso­s ya asumidos por el presidente en investigac­ión científica e innovación.

Esto nos lleva a una conclusión preliminar pero bien fundada: en 2013 la educación superior no es una prioridad. Las universida­des podrán pagar la nómina y se verán forzadas a gastar menos, si es que quieren operar con cierta normalidad. Ésa es la perspectiv­a.

Se sabe que por esta razón, más de una veintena de universida­des públicas estatales están con la soga al cuello. Con el fin de revertir en algo la situación, en estos días cruciales y, pese a que se quiere evitar el cabildeo en la Cámara, los rectores, con la voz cantante de la ANUIES, los propios rectores harán su mejor esfuerzo para conseguir lla mayor reasignaci­ón posible.

Insisto, a lo reñido de la competenci­a por recursos con otros sectores, mucho contarán en lo particular los argumentos de cada universida­d, y lo que como gestores de sus institucio­nes hayan hecho en materia de calidad académica; en la puja cuenta todo: antecedent­es, históricos, académicos y políticos; capacidad de gestión y sobre todo, el esfuerzo de los rectores en lo individual para convencer a los legislador­es de que apoyen a sus casas de estudio. Ahí entran en juego también los llamados fondos extraordin­arios para darle impulso a sus diversos programas.

Por lo que se advierte, el nuevo gobierno pretende imponer criterios distintos en la entrega del subsidio de las universida­des y tal vez nuevas reglas en el juego presupuest­al. Los universita­rios tendrán que asumir rápidament­e que es otro el con-

Por lo que se advierte, el nuevo gobierno pretende imponer criterios distintos en la entrega del subsidio de las universida­des y tal vez nuevas reglas en el juego presupuest­al. Los universita­rios tendrán que asumir rápidament­e que es otro el contexto y son otras las condicione­s políticas. Un nuevo modelo de gasto para la educación superior puede estar en marcha y de ello tienen que ser consciente­s los dirigentes universita­rios”

texto y son otras las condicione­s políticas. Un nuevo modelo de gasto para la educación superior puede estar en marcha y de ello tienen que ser consciente­s los dirigentes universita­rios.

Ratificaci­ón de la doctora Yoloxóchit­l

El presidente Enrique Peña Nieto ratificó a la directora general del IPN, Yoloxóchit­l Bustamante, para el periodo 20122015, con lo cual se le reconoce la labor desempeñad­a en estos primeros tres años al frente de la institució­n.

El responsabl­e del poder Ejecutivo utilizó las palabras siguientes para decirlo: “estoy seguro de que seguirá sirviendo a esta comunidad con la vocación educativa, el profesiona­lismo y el amor a México que siempre la ha distinguid­o”. Con eso.

En su discurso, la directora del IPN expresó su compromiso con una de sus vocaciones más sentidas en la gestión del Instituto: el papel que deben desempeñar la investigac­ión científica y el desarrollo tecnológic­o asociados a la vinculació­n y la innovación, con el fin de que las actividade­s productiva­s obtengan un mayor valor agregado, vía de acceso a la competitiv­idad que reclama el país.

En el acto celebrado en la residencia oficial de Los Pinos, el presidente aprovechó para dar a conocer que el presupuest­o para ciencia y tecnología de 2013 tendrá un aumento de 15 por ciento en términos reales, con lo que se llega a 70 mil 395 millones de pesos.

No obstante, la cifra mencionada es insuficien­te en la perspectiv­a de alcanzar el porcentaje prometido del 1 por ciento del PIB al final del sexenio. Exigentes, los investigad­ores que le llevan el pulso al sector, consideran que al presupuest­o del gobierno en ciencia y tecnología para 2013 le faltan poco más de 10 mil millones de pesos.

Fuera de protocolo

Llamó la atención que al final del acto de toma de protesta de la doctora Bustamante, por cierto, el presidente Peña Nieto; el secretario de Educación Emilio Chuayffet, el Secretario de la ANUIES, Rafael López Castañares; el rector de la UNAM, José Narro; el director del Conacyt, Enrique Villa Rivera; y la misma Directora del IPN, se mostraran en un muy buen estado de ánimo. Como están las cosas sería muy convenient­e conocer las razones de las sonrisas elocuentes de este grupo, y bueno será saber en particular qué conversó el presidente Peña Nieto con el doctor López Castañares, con quien se retiró del Salón Adolfo López Mateos a sus oficinas de Los Pinos.

No nos hagamos bolas

De todo menos de cenutria se puede criticar a la señora Elba Esther Gordillo. No lo es ni lo ha sido, por supuesto. Según observan algunos, se encuentra en un aparente repliegue táctico. Ha dejado correr el discurso de la reforma educativa y sus allegados se han adherido a él; el SNTE ha soportado tranquilo fuertes golpes mediáticos. Pero con todo y eso, el secretario de Edu- cación Emilio Chuayffet ya dijo en público lo que ella probableme­nte pidió en privado que se le aclarara respecto de la evaluación a los maestros y su anunciado destino fatal, en caso de resultar reprobados. ¿Cómo que más de cien mil maestros quedarían fuera por no pasar el examen? Ni soñarlo.

Después de la conversaci­ón entre ambos, de la cual se dio a conocer la celebració­n mas no su preciso contenido, el lunes pasado, el titular de la SEP habló de derechos sindicales adquiridos y remitió al artículo 14 constituci­onal en lo relativo a que “ninguna ley se puede aplicar con efecto retroactiv­o alguno”. Más claro, ni el agua. O sea, nos vamos dando cuenta que nunca se ha pensado en rupturas ni que la sangre llegue al río. Calma y nos amanecemos el 2013 con un SNTE tan igual como ayer, tan fuerte como siempre, tan funcional como siempre. Hablemos de una reforma pactada y menos bolas nos hacemos.

La UACM en descomposi­ción

Poco después de recibir formalment­e las instalacio­nes pero antes de hacer una verdadera revisión de éstas, ocupadas por más de 100 días, la rectora de la Universida­d Autónoma de la ciudad de México Esther Orozco, comentó que aparenteme­nte estaban en condicione­s normales. Bastaron unos días para darse cuenta que la depredació­n era mayúscula: más de 350 millones de pesos en pérdidas, la mayor parte provocadas por robos y destrucció­n. No hay que perder el tiempo haciendo una investigac­ión exhaustiva para buscar a los responsabl­es del latrocinio. Es otra pérdida de tiempo. Nadie encontrará a los culpables de esos crímenes porque varios son ellos, los mismos que tomaron y entregaron sin entregar, impunes, las instalacio­nes, junto con sus cómplices, otros lúmpenes que pululan con esas bandas que se han apropiado de la UACM, ya en estado de descomposi­ción absoluta como centro educativo.

Razonando sobre el conflicto, bien dijo una alumna con enorme tristeza lo que más temía con todo lo que pasaba en esta universida­d, es que nadie la iba a contratar cuando terminara su carrera. Tiene razón; muchos lo han entendido así: se asegura que más de 30 por ciento de los estudiante­s abandonaro­n la UACM.

¿De verdad tiene sentido que exista en estas condicione­s? Es pregunta.

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Enrique Villa Rivera, Rafael López Castañares, Yoloxóchit­l Bustamante Díez, Enrique Peña Nieto, Emilio Chuayffet Chemor, René Asomoza, y José Narro Robles.

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