Milenio

No lo quieren a Benítez… pero gana partidos

- ROMÁN REVUELTAS RETES

Rafa Benítez es un tipo muy capaz que, sin embargo, no goza de gran aceptación entre los seguidores de su nuevo club, ese Chelsea sometido a los mandatos de un presidente tan impulsivo como impaciente, mi tocayo Roman (a quienes llevamos este nombre de pila nos cae la maldición de que nos intercambi­en las vocales y, miren ustedes, ya me tocó escuchar a algún comentaris­ta de la tele llamándole Ramón al dueño de TheBlues) Abramovich.

El magnate ruso (comparémos­lo con nuestro potentado autóctono, ese patrón de Chivas que tampoco se distingue particular­mente por impulsar proyectos de largo plazo) ya había puesto de patitas en la calle al antiguo entrenador, el italiano Roberto Di Matteo, luego de que ganara la FA Cup de Inglaterra y la UEFA Champions League, ni más ni menos. Fue, supongo, una manera de recompensa­rlo relevándol­o de sus muy estresante­s responsabi­lidades para que el hombre se pueda ira a su casa a hacer vida de familia. Y, así de disminuido como anda el mercado invernal, no tuvo otra opción, entre las que se le ofrecían, que contratar al español, justamente, por lo que resta de la temporada en espera de que, a mediados de 2013, don Pep Guardiola acepte someterse incondicio­nalmente a sus voluntades, algo que, con perdón, yo lo veo un poquitín improbable y un muchín imposible.

Llegó así a Stamford Bridge un señor que, en su momento y al frente del Liverpool, había hecho un par de declaracio­nes no muy amistosas –aunque perfectame­nte entendible­s— respecto del Chelsea. Y no le fue demasiado bien en su primer partido, contra el Manchester United, que terminó en un empate a cero. Luego no consiguió tampoco victorias en los subsiguien­tes encuentros hasta que le asestó seis goles al Nordsjaell­and en la Champions y tres al Sunderland en la Premier League. Y ha sido mérito suyo, por lo que parece, revivir al Niño Torres con lo cual Abramovich, tras la colosal inversión que realizó para hacerse con el antiguo jugador del Atleti, se puede tal vez sentir más tranquilo.

Todo esto viene a cuento, sin que aparezca aquí el nombre de un Mario Carrillo que también fue repudiado por los aficionado­s de Pumas, porque el Chelsea le pasó por encima al Monterrey, tal y como estaba escrito en los astros del firmamento y como habían pronostica­do las casas de apuestas. Tampoco es asunto de popularida­d personal, por visto, ganarle a un equipo mexicano.

Gracias por las salvadas del portero Jonathan Orozco, Monterrey se adjudicó el tercer lugar de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, al derrotar por 2- 0 al Al Ahly de Egipto.

La actuación de Orozco reforzó la ventaja que dieron los goles de Jesús Manuel Corona (3’) y César Delgado (65’), en el Estadio de Yokohama. Los Rayados igualaron al Necaxa, que brilló en la primera edición del torneo, al superar al Real Madrid en el Maracaná de Río de Janeiro, en el 2000. Monterrey tomó la delantera al minuto tres, cuando Corona aprovechó un error del arquero y su defensa para mandar el balón al fondo para el 0-1.

Después se ubicó mejor el Al Alhy, que apretó en la marcación y generó peligro con el remate de cabeza de Emad Meteab, aprovechan­do un centro a balón parado para enganchar la bola, que superó el lance de Jonathan, pero se escurrió por el poste derecho; en otra ocasión (al 41) un remate de Hossam Ashour, salió apenas desviado por el poste derecho de Jona.

Monterrey quiso repetir la fórmula en el complement­o, pero pudo poco, quedando en las manos de Orozco la posibilida­d de aguantar el marcador.

Así, Jona hizo la atajada del partido al 50, Mohamed Aboutrika ejecutó en el área un potente disparo de media vuelta, que el meta mexicano paro.

Otra sobresalie­nte intervenci­ón de Jona fue al minuto 64, al tenderse a la izquierda para rechazar un disparo de media distancia de Abdallah Said, en donde el esférico quedó a favor de Elsayed Hamdy, quien tiró otro potente remate que Orozco volvió a tapar para mantener el cero.

Dos minutos después, Rayados generó una vertiginos­a acción, al tocar Aldo de Nigris a la izquierda para el argentino Neri Cardozo, quien avanzó a velocidad y lanzó un pase diagonal al centro para Chelito, quien picó su pelota por encima del portero Mahmoud para poner el 0-2 al minuto 65.

Aunque el encuentro parecía estar bajo control, el cuadro egipcio jamás dejó de intentar marcar y al minuto 78, Mohamed Aboutrika hizo un sólido remate con la cabeza, que forzó nuevamente a brillar a Orozco, quien desvió la pelota por encima de su travesaño.

Ramy Rabia realizó un último disparo potente de media vuelta, y nuevamente Jonathan Orozco voló para sacar por arriba la de gajos, ahora al minuto 85.

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