Música. “La Novena es un llamado al amor fraterno”
Rodrigo Macías estará al frente de la Orquesta Sinfónica de México en el Auditorio Nacional para conmemorar los 200 años del estreno de la obra de Beethoven
El director Rodrigo Macías (Texcoco, 1977) considera hoy más importante el mensaje de la Novena Sinfonía, que hace 200 años cuando Ludwig van Beethoven la estrenó en Viena, el 7 de mayo de 1824.
“Justo por los tiempos que corren, este concierto es un llamado a la tolerancia, al respeto, a la idea de que cuando los humanos nos ponemos de acuerdo podemos lograr cosas impresionantes, maravillosas e irrepetibles”, dice en entrevista el director, que estará al frente de la Orquesta Sinfónica de México para celebrar el acontecimiento.
La cita es este 7 de mayo, a las 20:30horas,enelAuditorioNacional bajo la batuta de Macías, con la soprano Angélica Alexandre, la mezzo Alejandra Gómez, el tenor Rodrigo Garcíarroyo y el barítono TomásCastellanoscomosolistas,y uncoroinvitadode80vocesbajola dirección Christian Gohmer.
“Es una obra que va más allá de la música. Quien vaya al Auditorio verá que no es un pasatiempo musical, sino una experiencia más allá: un llamado a la conciencia, a la cooperación, al amor fraterno”, promete Macías.
“No hay obra musical que haya permeado tanto en la sociedad occidental. Sigue actual, vigente, por un lado por el texto de Friedrich Schiller con la oda A la alegría y por el otro la música maravillosa, espectacular de Beethoven. La Novena sigue tan fresca como cuando fue escrita. Esa es la diferencia entre los grandes compositores: las obras de arte no envejecen. La Novena, 200 años después sigue con toda su fuerza y su brillo”, dice el también director de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) desde 2018.
La Novena, y en especial su cuarto movimiento, que rompió la manera tradicional con que se escribían las sinfonías hastalaépocadeBeethoven, ha sido admirada por músicoscomoRichardWagner o cineastas como Stanley Kubrick y Andrei Tarkovski, quienes han estructurado obras maestras como Naranja mecánica o Nostalgia, respectivamente, en torno a ella.
La Unión Europea la adoptó como su himno oficial. En 2001, la partitura original se inscribió en el Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco.