Se descarga en ríos y lagunas más de 50% de aguas negras
Contaminación. Son 112 mil 384 metros cúbicos, equivalentes a 5 mil pipas al día; Colegio de Ingenieros estatal estima que inversión privada en infraestructura puede rescatar a la Comapa
El equivalente a 5 mil 619 pipas conteniendo aguas negras se depositan cada día en ríos y lagunas del sur de Tamaulipas, afirman ambientalistas que demandan frenar esta contaminación.
Son las aguas residuales que no están siendo tratadas y de las cuales Tampico aporta 32 mil 832 metros cúbicos cada 24 horas; Madero 20 mil 763 y Altamira 58 mil 789, para hacer una suma de 112 mil 384 m3.
En un foro virtual encabezado por Israel Díaz Acosta, el experto advirtió que para tener salud, es indispensable someter a procesos de tratamiento el 100% del agua que se consume en la zona por lo que urgió a invertir en infraestructura.
“Aquí no tratamos toda el agua residual que generamos, tenemos un grave problema porque difícilmente es el 50% y lo demás se está botando al río Pánuco y lagunas Champayán, Chairel, Carpintero y zona de marismas”.
Explicó que en el caso de Madero es a través de los cárcamos del sistema de gravedad en la Prolongación Sarabia (Paso del Zacate) y el número 9 de la calle Nuevo León y Vías del Ferrocarril.
“Altamira bota el 100% del agua potable que consume, por unas supuestas lagunas de oxidación en La Florida y en la planta potabilizadora Hidalgo y la otra es el cárcamo de la Pedrera”.
Explicó que al dividir los 112 mil 384 metros cúbicos por día entre pipas con capacidad de 20 metros cúbicos “nos da una cantidad impresionante de 5 mil 619.20 unidades descargando aguas negras, imagínenselas formadas en la avenida donde ustedes quieran todos los días, no quisiera yo morirme sin transmitir esta problemática seria”.
Mencionó que se tienen plantas de tratamiento de aguas residuales que no son una maravilla pero sirven para sanear la mitad de lo que producen Tampico y Madero, además de generar 600 metros cúbicos por segundo para refinería mediante un proceso terciario.
Insistió en que si tenemos agua de calidad, nuestra salud va a ser muy buena, pero agregó que no se trata solo del cuerpo humano sino del desarrollo de las ciudades, porque no se puede pensar en salvar la economía tras la pandemia si no se resuelven los problemas de potabilización, drenaje y tratamiento.
“En esta pandemia tenemos acceso a ver muchas cosas que se están haciendo en el país, por ejemplo en Monterrey tratan el 100% de sus aguas negras y las reusan, sí participa el gobierno, pero es la iniciativa privada y el espíritu ciudadano indomable que tienen”.
También se encontró que están buscando caminos Xalapa Veracruz, Cuernavaca Morelos y los estados de Guanajuato y Sonora, para encontrar solución a los mismos problemas.
Estanislao Galván Vega coincidió en que es preocupante la producción de aguas residuales que contaminan las 24 horas del día y los siete días de la semana ríos y lagunas.
“Todo el tiempo están contaminando y lo más grave es que los organismos operadores no tienen capacidad económica para más plantas de tratamiento porque las que se construyeron hace diez años en Tierra Negra y la Morelos también implicó recursos particulares mediante un contrato que desde su origen me pareció lesivo para la ciudadanía”, explicó el especialista.
No hay obligatoriedad
Opacidad y laxitud caracterizan
las normas mexicanas en materia de calidad del agua potable, afirma Gloria Tobón de Garza, activista en el tema hídrico. Dice que no se contemplan muchos de los parámetros que considera la Organización Mundial de la Salud y tampoco se dan a conocer a la ciudadanía su cumplimiento.
Originaria de Colombia, la profesionista ha recorrido el país para estudiar la problemática del agua y es la impulsora de la ciudadanización del tema en Coahuila.
“Estuve revisando la ley de Tamaulipas y no encontré la obligatoriedad para los organismos operadores de publicar los datos de la calidad de agua potable”.
Mencionó que en Coahuila la ley sí ordena publicar en forma actualizada mensual todos los análisis del agua mediante las páginas web de los organismos operadores y en las propias oficinas de servicio al público.
“A veces hay normas que no se cumplen, yo estoy actuando como ciudadana, hablamos mucho del derecho humano al agua y la necesidad de que la que recibimos en nuestras casas realmente sea salobre y no cause problemas en nuestra salud”.
Gloria Tobón recordó que representantes de la ONU cuando han venido al país han señalado que la norma mexicana es muy laxa porque no considera muchos de los parámetros de la OMS en materia del agua.
“Muchas veces no se cumple con los pocos parámetros laxos que tenemos y además no se da a conocer a la gente y entonces no sabemos qué aguas recibimos en nuestros hogares”.