¿Invertirle a los Tiburones?
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El Querétaro arriba de la tabla? No entiendo ya nada. Esas rachas positivas de ciertos equipos me resultan inentendibles. No hablo de que América o Tigres o Rayados —o hasta ese Toluca que pasa por un gran bache ahora, más allá de los resultados de la doble jornada que tuvimos en la semana— pudieren desplegar todo su potencial de equipos sólidos con excelentes plantillas, y ganar partido tras partido. Pero ¿tres goles anotados por el Atlas en el encuentro que jugó, justamente, contra las Águilas? ¿Y que el protagonista de la pasada gran final no lograra inscribir ningún tanto? Pues….
Quienes pierden semana a semana son los apostadores, oigan, con estos resultados tan colosalmente impredecibles. No hay certeza alguna de que el presunto favorito del partido salga ya no digamos con los tres puntos de rigor —ni con el mal menor del empate— sino sin ser derrotado por alguno de los que se disputaban hasta hace poco la mismísima permanencia en la primera categoría.
Lo único seguro y científicamente comprobable es la lastimosa condición de un Veracruz que sigue allí, compitiendo contra los de presunto relumbrón, porque en este país se compran los puestos en la Liga. Es negocio, antes que nada. Olvídense ustedes de los méritos deportivos y de la obligación de meter goles. ¿Te ibas a la mentada División de Ascenso por falta de puntos? Pues no, sueltas unos buenos fajos de billetes y… ¡asunto arreglado!
Y, digo, eso de tener de pronto… ¡19 equipos! ¿Dónde se ha visto algo parecido? ¿Qué sistema es éste? No salen las cuentas, para empezar, y en cada fecha le toca a un club una suerte de descanso obligatorio por el tema de que sobra un participante al no poderse redondear a número par la cifra de competidores.
Ah, pero lo que me asombra todavía más es el tema de que hubiera inversores perfectamente dispuestos a meterle dinero a los mentados Tiburones. Ahí sí que se me traban las neuronas…
En este país se compran los puestos en la Liga. Es negocio, antes que nada