PepsiCo cierra compra de israelí SodaStream
La compra de la productora de agua mineral se anuncia luego de que la refresquera informara de la salida de su directora a fin de año
Bajo la gestión de su nuevo director, PepsiCo continuará su expansión hacia alimentos y bebidas más saludables, por lo que anunció la adquisición de Soda Stream, productor de los dispensadores de agua mineral para el hogar, por 3 mil 200 millones de dólares (mdd).
La compra de la compañía israelí se produce apenas unas semanas después de que Pepsi anunció que Indra Nooyi, la líder de mucho tiempo que impulsó al grupo de refrescos de cola y botanas hacia los alimentos naturales y orgánicos, dejaría su cargo a finales de este año.
El director ejecutivo entrante, Ramón Laguarta, dejó en claro que considera el acuerdo como una forma de mantener al grupo en la dirección bajo la gestión de Nooyi, quien expandió su división de alimentos más saludables Quaker Oats, incluso cuando dependía de Pepsi-Cola y Frito-Lays para la mayor parte de sus ingresos. “SodaStream es una operación que complementa y aumenta en gran medida nuestro negocio, y se suma a nuestra creciente cartera de agua, a la vez que cataliza la capacidad para ofrecer soluciones personalizadas de bebidas en el hogar a todo el mundo”, dijo Laguarta.
SodaStream, que cotiza en Nasdaq, se presenta como una alternativa saludable y de bienestar para las bebidas de cola, va a complementar las opciones más saludables de Pepsi, que incluyen la marca de agua mineral saborizada Bubly, y al productor de botanas de frutas y vegetales Bare Foods.
Pepsi acordó pagar en efectivo 144 dólares por acción, una prima de 11 por ciento sobre el precio al cierre de las operaciones de SodaStream de 128.85 dólares, después de un fuerte repunte en el precio de las acciones de la compañía desde que comenzó este mes.
Las recientes ganancias se atribuyeron a que sus resultados fueron mejores de lo esperado, dado que no se hicieron públicas las noticias sobre las negociaciones antes del anuncio del lunes. La oferta, que tiene que ser aprobada por los accionistas de SodaStream, también es una prima de 32 por ciento sobre el precio promedio ponderado por volumen de la compañía a 30 días.
Las ventas de SodaStream se recuperaron después de que sacó su fábrica principal de un asentamiento ilegal en Cisjordania en 2015, después de una controversia de casi dos años que arrastró a su famosa embajadora de marca, la actriz Scarlett Johansson.
La ubicación de la fábrica, en el asentamiento de Ma’ale Adumim, la convirtió en el objetivo del movimiento Boycott, Divestment and Sanction (Boicot, Desinversión y Sanción), que busca convencer a los consumidores de todo el mundo de que eviten los productos que se fabrican en asentamientos israelíes al este de la línea de alto el fuego de 1967.
Las compañías globales de alimentos y bebidas se encuentran en medio de una ola de adquisiciones en un esfuerzo para reposicionar sus carteras, ya que los consumidores conscientes de la salud optan por menos bebidas y bocadillos azucarados.
El acuerdo de Pepsi se produce días después de que su principal rival, Coca-Cola, acordó comprar una participación minoritaria en BodyArmor, productor de bebidas deportivas que tiene el respaldo de la estrella estadunidense de básquetbol, Kobe Bryant. Coca-Cola batalló a lo largo de los años para reducir el control que tiene la operación de bebidas deportivas de Pepsi, Gatorade.
Daniel Birnbaum, director ejecutivo de SodaStream, seguirá al mando de la compañía, ya que Pepsi aspira a expandir la empresa israelí al darle acceso a su sólida capacidad de distribución global, a su capacidad de investigación y desarrollo y su experiencia en mercadotecnia.
“La intención es mantener el negocio como una unidad independiente, sostener el crecimiento y la cultura, así como no sofocar a la organización con los tipos de restricciones corporativas”, dijo Birnbaum a Financial Times.
SodaStream logró un sólido crecimiento en zonas de Europa y Asia en los últimos años, pero está rezagada en EU, donde sus dispensadores de bebidas gaseosas tienen una penetración de mercado de menos de 2 por ciento. En el mercado de bebidas, Coca-Cola y Pepsi también se enfrentan a la nueva competencia del grupo de productos de consumo JAB Holding, un vehículo de inversión con sede en Luxemburgo que tiene el respaldo de la familia Reimann. Como parte de una fiebre de adquisiciones internacionales, JAB compró el negocio de café Keurig Green Mountain, más conocido por sus máquinas para preparar una sola taza, en diciembre de 2015 por 13 mil 900 millones de dólares.
Como accionista principal de Keurig en ese momento, Coca-Cola acordó vender toda su participación. Posteriormente, JAB descontinuó el sistema de elaboración en frío de Keurig, que permitía a los consumidores fabricar sus propios refrescos con cápsulas, entre ellas las que producía Coca-Cola.
En enero de 2018, JAB firmó un acuerdo por 18 mil 700 mdd para adquirir Dr. Pepper Snapple y lo combinó con Keurig para crear un grupo de bebidas con ingresos de casi 11 mil millones de dólares al año.
La firma continuará una expansión hacia el segmento de alimentos y bebidas más saludables