Comparten empresarios experiencias en la Ibero
Aarón Ochoa dueño de hotel Misión Arcángel, compartió su labor para posicionar su marca
Empresarios poblanos acudieron a la Universidad Iberoamericana, para dialogar con los estudiantes de negocios y presentarles sus experiencias, retos y logros en la materia, que los hicieron conseguir consolidar sus empresas.
En su intervención, Aarón Ochoa Rodríguez dueño de hotel Misión Arcángel, compartió su labor para posicionar su marca en la capital, exponiendo que ser hotelero, implica que en temporada vacacional no se descansa, al contrario es la mejor temporada para su negocio.
Ante más de 60 estudiantes, Ochoa Rodríguez explicó las diversas ramas de hoteles, que van desde Express, Busines, Carretera, Boutique, de Playa, de vacaciones del centro de la ciudad y haciendas.
Detalló que el crecimiento de la ocupación en la ciudad es del 56 por ciento, es decir, 205 mil 729 cuartos noche y en hoteles de playa, un 71 por ciento, que equivale a 174 mil 394 cuartos noche.
En el caso de Puebla, abundó que la oferta hotelera en el estado es de mil 600 cuartos noche y solo en la capital 9 mil cuartos noche, además de que el crecimiento de la oferta en los últimos años en Puebla creció en 63 por ciento. “Deben estar conscientes los que se quieren dedicar al sector salud, que es un trabajo de 24 horas, los 365 días del año”, dijo al enlistar algunos de los servicios a futuro que su hotel buscará emprender.
Indicó que en materia de sustentabilidad se tendrá ahorradores solares, prácticas de limpieza en habitaciones, paneles solares para agua, y aires acondicionados solares.
Por su parte, el chef Ángel Vázquez, dueño de los restaurantes de cocina Salomé, Augurio, Bunaday por mencionar algunos, indicó que su pasión por la comida fue gracias a su padre, quien abrió una “antojería”.
Tras exponer sus estudios en diversas escuelas gastronómicas, contó a los jóvenes cómo su visión de negocio y dedicación le han dado la oportunidad de cocinar para grandes personalidades, como el ex presidente Vicente Fox, Enrique Peña Nieto y el Papa.
Este último, reconoció no saber la inmensidad de responsabilidad que tenía en su manos al hacerse cargo de la comida del Papa, pues dijo que no firmó ningún contrato, y que no se le hizo revisión de los alimentos, mientras en el caso de los presidentes de México, contó con gran seguridad, “probaban los alimentos, se revisaban los productos”.