El talentoso Sr. Osorio
Miguel Ángel Osorio Chong entiende el poder de los reflectores y los utiliza a su conveniencia. Como titular de Segob, se ha mostrado dispuesto a dar la cara por el gobierno de Peña Nieto cuando se trata de sumar puntos a sus aspiraciones presidenciales y no tanto cuando los hechos dañan esa posibilidad.
Durante el turbulento otoño de 2014, el secretario de Gobernación dejó que otros en el gobierno abrazaran la atención y cargaran con el grueso de la responsabilidad por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Mientras Guerrero ardía, Osorio, sin saco y con la camisa arremangada, gozaba en el rol de mediador con los estudiantes del politécnico y salía de su oficina en Bucareli para hablar con los manifestantes en las inmediaciones de la dependencia.
Cuando Joaquín El Chapo Guzmán escapó del penal del Altiplano en plena visita oficial del presidente Peña Nieto a Francia, Osorio regresó al país para coordinar la respuesta del gobierno federal. No obstante, fueron el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, y la procuradora Arely Gómez quienes sirvieron como caras visibles de la administración durante esos días. Un escenario muy distinto al que vimos cuando leyendo un tuit del Presidente y flanqueado por los secretarios de la Defensa y la Marina, Osorio Chong anunció sonriente la recaptura del Chapo.
Difícil ubicar al secretario de Gobernación cuando nos enteramos de la fuga de los gobernadores priistas de Veracruz y Quintana Roo; difícil evitarlo cuando llega la noticia de su detención. Lo mismo ocurre cada vez que se publica información sobre la violencia en el país, el comisionado en turno se planta frente a las cámaras y toma las entrevistas necesarias para taladrar la interpretación oficial de los datos. Osorio remata con una declaración de bajo perfil.
Así, luego de que el New York Times revelara el espionaje contra periodistas y defensores de los derechos humanos en el país, Osorio volvió a dar un paso atrás para que los reflectores apuntaran esta vez hacia el presidente Peña Nieto, quien solo terminó por escalar el escándalo.
El encargado de la seguridad interna en un país que ha vuelto a ser uno de los más violentos del mundo aspira a convertirse en su próximo Presidente. Parece una tarea imposible, pero al permanecer en su puesto luego de cinco años de pesadilla, Osorio Chong nos ha mostrado que en este país no existe tal cosa.