Jamón Jamón en el INE
Ni las ilegalidades seco meten en el vacío ni las sanciones se imponen fuera de un contexto. Poca práctica en los asuntos jurisdiccionales tiene quien considere que basta volteara verla ley como si fuera un recetario farmacéutico para encontrar el remedio que corresponda. No se trata exclusivamente de considerar la falta y al infractor; también es importante elucidar cuál es el bien jurídico que se busca tutelar y actuar en función de ello. Además, este tipo de decisiones no caen en el vacío; emitidas de forma sistemática, leídas en su conjunto y en forma armónica pasan a formar parte de la construcción del mismo edificio en el que se cimentaron.
Elavancedemocráticodenuestropaísnoesasí fruto exclusivamente de reformas legales, sino de la manera en que éstas fueron interpretadas por autoridades administrativas en funciones materialmente jurisdiccionales y, por supuesto, por sentencias y jurisprudencias emitidas por los tribunales. La democracia no es estática y la ruta por la que avanza se pavimenta a diario poniendo en el horizonte nuevos derroteros.
Hago este largo preámbulo para señalar que la decisión tomada ayer por el Consejo del Instituto NacionalElectoralnopuedeentendersecomoun análisis de causa efecto realizado en estado puro donde se elige una sanción como si de un menú se tratara. En éste, como en otros casos, la proporcionalidad de la consecuencia no se explica en cantidades de dinero, sino en términos de actitudes que son aceptables o no en un régimen democrático.
Lo visto me trajo a la memoria una escena de la película Jamón Jamón (Bigas Luna, 1992) donde una frágil Penélope Cruz se cubre de la lluvia, que ya comienza a empaparla, con los gigantes testículosdelicónicotorodemetalconelqueseanunciaba en las carreteras la Casa Osborne. Así hoy, una transición democrática que es, por naturaleza, permanentemente frágil, se guarece quitándole las ínfulas al bovino que la ha buscado amedrentar.