Pemex es solo un símbolo
El proyecto presentado está alejado de la realidad.
Todos los mexicanos hemos sido educados para estar orgullosos de Pemex, porque un gran presidente, Lázaro Cárdenas, nacionalizó el petróleo en el siglo pasado y eso nos hizo sentir que
esa empresa era única y valiosa defensora de nuestra identidad.
Los tiempos inexorables transcurrieron y Pemex, que según López Portillo causó el lema triste que el presidente preconizó, de que íbamos a tener que administrar la abundancia, ahora debe más de 110 mil millones dólares y estáen choque natural entre lo tradicional del siglo XX y la modernidad del siglo XXI y nuestro Presidente, que le encomendó la tarea de dirigir esa empresa a un ingeniero agrónomo, no ha podido tenerla madurez de adaptarse ala realidad y pedir ayuda a las empresas privadas que forman parte de un probado programa internacional, ya que en todo el mundo se asocia el gobierno y la IP para explorar, extraer, distribuir y aprovechar el oro negro, que estoy seguro desaparecerá con la inteligencia artificial y los nuevos conceptos de energía moderna.
El proyecto ha sido rechazado, en principio, por las cámaras patronales y por expertos internacionales, que ven un alto riesgo de que México pierda nivel crediticio y así como está perdiendo nivel en su consumo interno, no se lance otra vez a la vorágine de una crisis financiera, con la devaluación consiguiente.
De nuevo ya no hallamos cómo decirle al Presidente que está viviendo en un siglo diferente, el XXI, en el que nuevas fuentes de energía, la inteligencia derivada de la cibernética y la trans globalización del mundo actual forman parte de un ambiente diferente del que tuvo el gran presidente Lázaro Cárdenas que cumplió muy bien, en su tiempo, una función que estoy seguro él, que era muy inteligente, cambiaría en la actualidad y permitiría que la segunda ley de Darwin sobreviviera, que es la capacidad de ser adaptado.
Descartes: Pienso, luego existo… Tenemos un presidente al que Dios no le puso reversa.
Está en choque natural entre lo tradicional del siglo XX y la modernidad del siglo XXI