“La Ibero Torreón, un elemento de transformación”
El Rector de la Universidad Iberoamericana Torreón señala que La Laguna necesita cada vez más políticas metropolitanas y no segmentadas; “que sea una región que abreve de nuestras investigaciones y nuestras propuestas”
El politólogo Juan Luis Hernández Avendaño está convencido que la academia puede contribuir a la solución de las problemáticas de la Zona Metropolitana de La Laguna, la cual cataloga de atípica por su identidad al no contar entre sus municipios con capitales de un estado.
Recientemente tomó posesión como rector de la Universidad Iberoamericana Torreón y dice aspirar en su periodo (2021-2025) a que “los presidentes municipales vayan caminando cada vez más a políticas públicas acordadas y consensuadas”.
En entrevista para MILENIO también habla del panorama de la educación privada en México y los retos que enfrenta de manera concreta el plantel de La Laguna.
Tiene ya algunas semanas que tomó el cargo y ya se ha reunido con algunos de los colaboradores de la universidad, ¿cuál es el diagnóstico de la institución y los retos?
Aquí la prioridad es mantener finanzas sanas en tiempos muy complicados, porque si la pandemia le pegó a alguien con mucha fuerza fue al sector educativo. Afortunadamente el padre Guillermo lo hizo bien y queremos seguir con esa consigna.
Hay tres grandes retos sintetizados. El primero es fortalecer nuestra identidad jesuita e ignaciana y eso en el ámbito de las universidades podría parecer extraño si lo comparamos con las universidades públicas, pero para nosotros es relevante porque el primer actor educativo en occidente fueron los jesuitas antes que los estados.
El legado educativo de la compañía de Jesús que surgió en 1551 es muy poderoso no sólo en occidente sino en oriente, pues es una identidad que plantea la relación fe y justicia.
Históricamente en esta institución siempre hubo sacerdotes jesuitas a la cabeza, ¿cómo se garantiza que ahora que un laico ingresa a la rectoría se mantenga la esencia humanista y espiritual?
Los mexicanos estamos acostumbrados a que sin sacerdote no hay proceso religioso o espiritual, pero en el ámbito de la Compañía de Jesús existe algo que llamamos colaboradores en la misión y esto nos une a los jesuitas y laicos.
Los laicos al compartir la espiritualidad ignaciana compartimos la misión y estamos invitados a empujar la fe en términos de compromiso e incidencia social. Me parece muy relevante porque habrá personas que puedan entender lo espiritual sólo como la interiorización.
Los jesuitas la entienden en la acción y nuestra fe es una ética que empuja necesariamente el compromiso social.
Otro de los retos tiene que ver con la calidad académica y la rigurosidad. Pienso que las universidades tenemos el gran reto de que por nuestro tiempo las redes sociales y plataformas tecnológicas nos sintetizan la realidad y en esa medida hay cada vez más flojera en las generaciones para leer.
Es algo permanente que no podemos soltar y sobre todo con la educación en línea, donde hubo muchas innovaciones e improvisaciones porque en ninguna universidad estuvimos preparados para estar 15 meses así por la pandemia.
El tercer reto es que nada de lo anterior tiene sentido si no lo dirigimos a la incidencia social. Entiendo a nuestra universidad como un elemento de transformación en tres dimensiones: nos interesa que La Laguna sea una región que abreve de nuestras investigaciones y nuestras propuestas particularmente en la agenda que tiene que ver con la movilidad y la sustentabilidad.
Me parece que La Laguna necesita cada vez más políticas metropolitanas y no segmentadas. Me han contado la historia del taxi que llega a un puente y se regresa, cuando realmente es una región que no tiene una vida así.
Nos interesa como universidades jesuitas lo que el Papa Francisco habla como los heridos en el camino y que nos invita a ayudar. Hoy nosotros ubicamos a tres sectores: los migrantes, a los familiares de desaparecidos y apoyar todo lo que significa la perspectiva de género particularmente por toda la violencia que ha habido.
Nosotros somos una universidad católica, pero aquí no se exige que lo sean
Usted habla del tema académico como una prioridad e incluso ha mencionado en sus primeros días como rector la importancia de apostarle más a tener maestros de tiempo completo, ¿cuál es el diagnóstico que se tiene y la proyección?
Las universidades privadas en general, a diferencia de las universidades públicas, tenemos otras maneras de generar ingresos y egresos. La ventaja que tienen las públicas es que viven con presupuestos que aprueban en el Congreso, pero las privadas tenemos que lidiar con otro tipo de ingresos.
Un 80 por ciento sólo tienen estructuras que tienen que ver con la formación docente y el 20 por ciento restante busca verdaderamente ser universidades, hacer investigación e incidencia con evidente pensamiento crítico.
Nuestro voto será ir creciendo y tener una mejor campaña de recaudación de fondos tanto de recursos externos como internos para mejorar los claustros de los departamentos académicos.
¿Cuál es el panorama que se ve desde las universidades privadas en el actual gobierno federal?
Mi lectura es que hay privado-fobia, es decir, el presidente López Obrador tiene una fobia a lo privado en todos los sentidos. Me parece que tiene una mirada absolutizada de lo que puede ser una suerte de egoísmo de los sectores privados por el bien público.
No dudo que haya intereses privados que no se preocupen por el sector público y nosotros hemos defendido que somos una universidad de gestión privada, pero de interés público.
Buena parte de las políticas públicas en este gobierno están enfocadas a fortalecer muchas cosas públicas y lo cual me parece bueno, pero ahora se piensa quitar el estímulo del Sistema Nacional de Investigadores para las universidades privadas.
Más allá de que no tenemos políticas públicas que nos favorezcan seguiremos insistiendo desde nuestro modelo educativo como hace 450 años de que somos universidades para la transformación social.
Destaca la importancia de salir a campo y que la educación no se quede en las aulas, ¿Hay algún proyecto específico en el tema de género?
Es algo que tenemos que ordenar porque hay diferentes intereses en torno a la investigación y nosotros queremos ampliarlo también a lo que supone que nuestro campus sea seguro para las diversidades.
Creemos en la diversidad de lo que supone la heterogeneidad del género y estamos invitados todos para que asumamos que nuestras sociedades son diversas en todos los sentidos: sexual, psicológica, género y religiosa. Nosotros somos una universidad católica, pero aquí no se exige que lo sean y buscamos que desde lo cristiano dialoguemos con lo diverso.
Nuestro voto será ir creciendo y tener una mejor campaña de recaudación de fondos