“El problema no es el titular de la Guardia, sino su esquema”
El tiempo no borra, ubica. Cada vez más lejos está la acusación sobre la actuación de militares en materia de seguridad pública y su regreso a los cuarteles. El velo en Palacio Nacional ha caído presentando el rostro de la Guardia Nacional; el general de brigada DEM Luis Rodríguez Bucio tendrá un Estado Mayor, disfrazado de coordinación operativa institucional,
integrado por la Policía Federal, la Marina y la Sedena.
En este nuevo cuerpo policiaco que mezcla civiles y militares en la misma tarea, donde no hay espacio para el empate, está apostando su resto el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo gobierno enfrenta ya una escalada de violencia que tiñe de rojo el territorio nacional con “cifras de un país en guerra”, pese a que se decretó el fin de la misma.
El problema no es el titular que encabece la Guardia Nacional, sino su esquema.
El que aún no está claro y así lo expresó Rodríguez Bucio en su debut mañanero.
El nudo marino está, no solo en el estado de fuerza para el despliegue en demasiados objetivos, que no va a funcionar, sino en la actuación de sus elementos en la elaboración del Informe Policial Homologado que deriva del Protocolo Nacional de Actuación de Primer Respondiente, donde la coordinación entre la Guardia Nacional y
A medio año de gobierno no hay pretextos; si no pueden, renuncien
la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero deberá ser impecable para evitar tropiezos jurídicos que den al traste con los resultados y se genere un sentimiento de frustración al interior del nuevo cuerpo policiaco.
Además, para estar en sintonía con esta cuarta transformación y su confusión sobre el estado de derecho versus represión, trasciende la orden que debe evitarse cualquier enfrentamiento con organizaciones criminales que, ante la ausencia de la autoridad han elevado su beligerancia y desafío, como se vio en CdMx. Ejecuciones en el perímetro hotelero de Reforma ante las cámaras del C5 y un sinfín de hechos delictivos posicionan a la capital como foco rojo de inseguridad, sumándose el deficiente actuar de la PGJ local donde abunda la improvisación, la corrupción y la descoordinación acreditando al desorden.
A días de cumplir seis meses en el gobierno se acabaron los pretextos. Si no pueden, renuncien.