Arrecian las protestas contra gobierno iraní
Por tercer día al hilo, manifestantes se enfrentan a la policía en marchas que, de acuerdo a redes sociales, ya han dejado dos jóvenes muertos
La policía dispersó con gases lacrimógenos a decenas de jóvenes que protestaban ayer contra el gobierno de Irán, en el tercer día de marchas contra las dificultades económicas y el presidente Hasán Rohaní y que, de acuerdo a redes sociales, dos opositores han muerto a manos de agentes en una ciudad provincial.
La concentración se desarrolló durante todo el día ante la entrada principal de la Universidad de Teherán, al tiempo que cientos de estudiantes progubernamentales se movilizaron para tomar el control del lugar.
A última hora de la tarde, cientos de personas se manifestaron en otras partes del barrio universitario, gritando lemas contra el presidente, hasta que la policía antidisturbios acudió a las dispersarlas.
Videos publicados en internet desde la ciudad occidental de Dorud mostraron que dos jóvenes yacían inmóviles en el suelo, cubiertos de sangre, y un audio decía que habían sido baleados por policías.
Esas imágenes, al igual que otras publicadas durante la actual ola de protestas, no pudieron ser verificadas de inmediato.
En la aplicación de mensajería Telegram, similar a WhatsApp, que utilizan 25 millones de iraníes, se difundieron videos donde aparecían miles de manifestantes gritando “muerte al dictador”, en alusión a Rohaní, en protestas presuntamente ocurridas en ciudades como Jorramabad, Zanjan o Ahvaz, en el oeste.
En Twitter, el ministro de Telecomunicaciones, Mohammad-Javad Jahormi, acusó a Telegram —muy popular en Irán— de animar el “levantamiento armado”. Por la noche, se cortó el acceso a internet desde celulares, al menos en Teherán, constataron diversas agencias de noticias occidentales.
Anteriormente, el ministro iraní de Interior, Abdolreza Rahmani Fazli, pidió “a la población que no participe en manifestaciones ilegales”.
El jueves y el viernes, cientos de iraníes salieron a las calles en una decena de ciudades en protestas contra el gobierno y las dificultades económicas. Aunque el número de participantes fue limitado, fue la primera vez desde 2009 en la que tantos lugares acogieron protestas sociales, tras unas disputadas elecciones en las que salió reelegido Mahmud Ahmadineyad (2005-2013).
La televisión pública informó por primera vez ayer de las protestas, considerando necesario escuchar “las reivindicaciones legítimas” de la población, aunque acusó a los medios y los grupos “contrarrevolucionarios” en el extranjero de aprovecharse de las manifestaciones.
Estados Unidos condenó los arrestos y su presidente, Donald Trump, afirmó el sábado en un tuit que “los regímenes opresivos no pueden durar siempre y llegará el día en que el pueblo iraní podrá escoger”.
“¡El mundo está vigilando!”, advirtió en la red social, junto a un video del discurso que dio ante la Asamblea General de la ONU en septiembre, en el que criticó al gobierno iraní.
Las protestas abiertamente políticas son inusuales en la República Islámica, donde los servicios de seguridad son omnipresentes.
Pero existe un considerable descontento por la alta tasa de desempleo, que ha subido a un 12.4 por ciento este año fiscal, por la inflación y por supuesta corrupción. Algunas de las nuevas protestas se han vuelto políticas por temas como el costoso involucramiento de Irán en conflictos regionales, como los de Siria e Irak.