Imágenes desde Hamburgo y Caracas
La canciller Angela Merkel honra la capacidad de las mujeres en el ejercicio del poder: política excepcional se desempeña con liderazgo, eficacia y popularidad no solo en Alemania, sino también en la Unión Europea y el concierto internacional, como fue en la sesión del Grupo de los 20.
Los países del G20 representan dos tercios de la población y sus economías prácticamente suman más de 85% del comercio y la riqueza del orbe. Así, sus pactos cobran especial relevancia para la humanidad, al igual que los encuentros bilaterales que en ese contexto se organizan.
Los trabajos estuvieron aderezados por el morbo de la primera participación del presidente Trump en este foro: refrendó su decisión errónea de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París; a pregunta de una reportera, confirmó su mentecata idea de que México pagará el muro, y se reunió con el astuto Putin, quien parecía observarlo como un oso a su presa…
Pero, como bien dijo Merkel, el mundo se beneficia cuando hay diálogos buenos y honestos entre Estados Unidos y Rusia —ojalá así haya sido—, y los líderes políticos “deberían hablar más unos con otros en lugar de unos sobre otros…”. Por ello, y de cara al inicio de la renegociación del TLC en agosto próximo, también fue positiva la primera conversación personal entre el Presidente de México y el estadunidense.
Y con Trump aislado del asunto, los dignatarios ratificaron su unidad para gestionar el calentamiento global, promover energías limpias y evitar gases contaminantes. Asimismo, el G20 se pronunció por respaldar el libre comercio y rechazar el proteccionismo, combatir la corrupción y fomentar la transparencia en los gobiernos y el sector privado, luchar contra la pobreza extrema, impulsar la creación de empleo y la igualdad de género, erigir sistemas financieros modernos y justos, y procesar el fenómeno migratorio de manera ordenada y segura.
Al tiempo se difundía que por “razones humanitarias” el tribunal supremo otorgaba arresto domiciliario al líder opositor Leopoldo López, en un contexto de 100 días de grave conflicto con más de 90 muertos, miles de heridos y un (des)gobierno criminal que cae a pedazos sin que pueda frenar la legítima protesta social, que esperemos pronto culmine sus objetivos de libertad y de paz para Venezuela.
En consecuencia, gobernantes inteligentes, democráticos y sensibles saben respetar los derechos humanos y generar bienestar y estabilidad para sus pueblos.
Luego, Merkel y Maduro se parecen, pero única y exclusivamente en la primera letra de sus apellidos… ¡Simbolizan la luz y la obscuridad, respectivamente, de la política mundial!