Con Trump no hay manera
Nos la volvió a hacer.
La reunión entre Trump y Peña en Hamburgo era tan incómoda para el gobierno mexicano que el canciller Videgaray se dedicó a disminuir las expectativas durante los días previos.
La última vez que se habían visto cara a cara había sido en Los Pinos, en aquella reunión desastrosa, con Trump en campaña, que le costó a Videgaray la chamba en Hacienda y a Peña un buen golpe a su popularidad.
Después vino aquel inicio de administración terrible que culminó con la suspensión de la visita de Peña a Washington.
Desde entonces, en los hechos, la administración estadunidense ha seguido deteniendo mexicanos sin documentos como nunca antes —estas detenciones eventualmente se convertirán en deportaciones—; siguen floreciendo iniciativas para terminar
ciudades santuario y, en general, la vida para nuestros paisanos allá se sigue deteriorando por el acoso.
En lo comercial, se firmó un acuerdo azucarero claramente desventajoso para México y han comenzado las consultas para arrancar hacia final del año las negociaciones del tratado. Como se anticipaba, esa incertidumbre tiene a la inversión en la región un poco parada.
Aun así, los líos de Trump en Washington, con el FBI, con la intrusión rusa en las elecciones, con la imposibilidad de sacar su iniciativa de salud, lo tenían distraído. Y de repente, el G20 en Hamburgo. No solo el momento del muro y quién lo pagará, sino que ese mismo día aprovechó para lanzar otra amenaza:
“También hemos mandado un mensaje claro al mundo que no permitiremos que otras naciones se sigan aprovechando de nosotros.
“Por eso es que nos retiramos del injusto acuerdo sobre el cambio climático de París —y créanme— era injusto. Y nos retiramos de ese mataempleos que era el Acuerdo Transpacífico y es por eso que estamos buscando una renegociación total del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y si no lo obtenemos, lo terminaremos, es decir, terminaremos el TLC para siempre”. ¿Qué necesidad? La pregunta es si México debe dejar de ser tan decente — el secretario Kelly del muro y las deportaciones pasó tres días en México tratado como rey— y empieza a poner un alto a estas cosas que hacen de Trump el bully del mundo.
Como que alguien podría al menos aparentar estar molesto. Porque Trump, no va a cambiar.