¿Y si ganamos?
PROSPECTIVAS
X: @CarlosIvanMoren
Cuenta la anécdota, o el chiste si usted prefiere, que mientras planificaban la estrategia para invadir a Estados Unidos, un grupo de audaces soldados mexicanos comienza a preocuparse no tanto por el desafío de atacar a la superpotencia en sí, sino por las consecuencias de un éxito inesperado. Entonces, surge la pregunta entre ellos: “Y si ganamos?” Ahí comenzaría el verdadero problema, ¿y ahora qué?
Algo similar debería ser la preocupación del gobierno federal al presentar ante el Congreso el audaz paquete de 20 reformas (18 constitucionales y dos a leyes secundarias), muchas de las cuales incorporan nuevos derechos. A saber: atención médica gratuita; incremento al salario; acceso a vivienda; incremento en las pensiones de los trabajadores; becas a estudiantes de bajos recursos; derecho al trabajo y a la educación. A esto súmele el mandato constitucional de obligatoriedad y gratuidad de la educación superior, que no se ha cumplido por falta de inversión pública.
Las propuestas tienen justificación legítima. Millones de mexicanos viven hoy sin acceso a la salud ni a la seguridad social. De acuerdo con el Coneval, la mitad de la población en México no tiene acceso al pago de una incapacidad ni derecho a la jubilación. Además, cuatro de cada 10 mexicanos no cuentan con servicios médicos. Serían pues reformas sensatas y necesarias, si tuviéramos con qué pagarlas.
Pocos países han logrado garantizar lo que propone el Presidente. El caso más paradigmático es el de los países escandinavos, que invierten enormes cantidades de recursos para garantizar derechos sociales. El gasto social como porcentaje del PIB en Finlandia, por ejemplo, es de 29%; en Dinamarca de 26%. En México, es de apenas 7.6% del PIB. El más bajo, por mucho, de la OCDE (Chile invierte 19.6% y Colombia 15.2% del PIB).
Invierten tanto porque recaudan mucho en impuestos. No hay “lonche gratis”, alguien siempre paga: Dinamarca recauda 42% del PIB y Finlandia 46%. México, un ínfimo 17% del PIB, y a la baja.
Si se aprobaran todas estas reformas, lo que es poco probable, vendría el verdadero problema para el próximo gobierno: ¿Y ahora qué? La reforma más importante está ausente en este paquete: la fiscal.
Pocos países han logrado garantizar lo que propone el Presidente