Milenio Jalisco

Ovidio pide “perdón” a sus vecinos desde El Altiplano

Se disculpa, a través de familiares, por daños causados en su captura

- Jesús María. JOSÉ ANTONIO BELMONT

Desde el penal de máxima seguridad del Altiplano, Ovidio Guzmán, El Ratón, envió un mensaje a sus plebes del poblado de Jesús María: “perdón”.

A través de familiares, el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán quiso disculpars­e con “el rancho”, como lo llama, por los daños causados, incluso por las propias autoridade­s, en el segundo culiacanaz­o que llevó a su captura.

Y así lo han hecho, según contaron a MILENIO los propios

familiares de El Ratón: cada que pueden, pasan el recado y piden que se corra la voz en la comunidad serrana de Culiacán, cuyos habitantes tienen miedo.

“Todas las noches sueño lo mismo: los balazos, los guachos (militares), las ráfagas y el helicópter­o ese. Mis hijos están traumados, ni siquiera quieren ir a la escuela, apenas hace una semana empezaron a ir porque no quieren salir de aquí”, exclamó Mireyda Ramírez, a quien conocen como La China en Jesús María.

A un mes del operativo que de

jó una veintena de muertos, las calles del poblado están vacías y aún hay decenas de casquillos percutidos regados en caminos de terracería aledaños a la casa de El Ratón, donde quedaron las principale­s huellas de la guerra librada la madrugada del 5 de enero: manchas de sangre en el piso y cientos de impactos en paredes, techos y ventanas, la mayoría de fusiles Barret.

Muchos vecinos están inconforme­s porque los apoyos prometidos por el gobierno de Sinaloa no han llegado.

“Ahorita llovió más adentro que afuera porque toda la lámina quedó agujerada... no he recibido ningún apoyo de nadie, mucho menos del gobierno”, recriminó Greisy Carrillo.

“Es más fácil que Ovidio regrese y nos ayude a que lo haga el gobierno”, enfatizó La China, quien, como los demás, ha tenido que hacerse cargo de resanar las paredes de su vivienda.

Otros habitantes rechazan la narrativa oficial de que no había casas cercanas a la de Ovidio. “Dese cuenta todas las casas que hay alrededor: aquí está la mía, el otro vecino, la vecina de al lado...”, dijo Mireyda.

Apenas el sábado, cientos de personas caminaron más de 5 kilómetros a La Anona con la imagen de la Virgen de Guadalupe para pedir que vuelva la normalidad y por los desapareci­dos.

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JOSÉ ANTONIO BELMONT Un habitante muestra los casquillos que aún permanecen en la zona.
 ?? JOSÉ ANTONIO BELMONT ?? Impacto de bala en una vivienda.
JOSÉ ANTONIO BELMONT Impacto de bala en una vivienda.
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