El péndulo de la justicia
Desde su origen el liberalismo ilustrado enfatizó la estrecha relación entre una justicia pronta, imparcial y efectiva, y la prosperidad de una sociedad. Hasta hoy en día, estudios internacionales como el Doing Bussines del Banco Mundial analizan la duración de los procesos, los costos asociados a los juicios mercantiles, el impulso a la justicia alternativa, la percepción y satisfacción de justicia de los litigantes y usuarios del sistema de justicia, para determinar la competitividad de los países y de los gobiernos locales.
Al final del siglo XVIII la Nueva Galicia optimista de sus potencialidades regionales, y deseosa de confirmar su desarrollo, comenzó a impulsar el ideal ilustrado para el progreso material y moral de la región.
Se pidió al monarca español Universidad, Consulado y casa de moneda; y se construyó un nuevo hospital, la casa de misericordia (para ayudar y capacitar a los menesterosos) y se iniciaron las gestiones para traer una imprenta a Guadalajara (la construcción de una moderna casa de corrección le correspondería ya a los liberales del Jalisco independiente).
A pesar de la proverbial oposición de la élite de la Ciudad de México se logró Universidad (1792) y se logró Consulado (1795). Pensadores como Francisco
Severo Maldonado propugnaron por el establecimiento de un Real Consulado como una instancia moderna para la solución de controversias mercantiles, que evitara los farragosos procesos ante la Real Audiencia.
El Consulado era una instancia para resolver controversias y para promover las obras materiales que agilizaran y fortalecieran el comercio (caminos, escuelas y otras “obras pías”). Era justicia para comerciantes impartida por comerciantes. El plazo para resolver las controversias era de ocho días.
Las partes “oídas ambas verbalmente… se procurará componerlas buenamente, proponiéndoles ya la transacción voluntaria, ya compromiso en arbitradores y amigables componedores” (artículo 5 de su Real Cédula de erección).
Expresamente se prohibía y sancionaba en la mayoría de los casos recurrir a letrados (abogados), pues “se desechará todo lo que huela a sutilezas y formalidades de derecho… se ha de proceder siempre a estilo llano, verdad sabida y buena fe guardada” (artículos 5 y 16). El Consulado fue de las corporaciones más modernas de Guadalajara al momento de la independencia.
Era muy respetado y fue de los firmantes entre las corporaciones que apoyaron el modelo federal en 1823. Se le reconoció por nuestro Constituyente local y no desapareció sino por decreto del Congreso Federal en octubre de 1824.
A más de dos siglos de distancia, el péndulo de la justicia vuelve a vigorizar las figuras de una justicia más cercana, desformalizada y ágil. Actualmente, el 30 por ciento de las resoluciones judiciales de Jalisco se derivan de una mediación (en 22 días), y el arbitraje se plantea como una oferta del Poder Judicial de Jalisco para que las personas comprometidas con el cumplimiento de sus contratos y con la disposición para resolver voluntaria, pronta y efectivamente sus conflictos, encuentren una vía institucional para impulsar el desarrollo de nuestro estado basado en la justicia.
Esto vuelve a vigorizar las figuras de una justicia más cercana, desformalizada y ágil