Transporte público, círculo vicioso a resolver
Es falso que a los tapatíos no nos guste el transporte público. Quienes viajan al extranjero lo usan gustosos. El problema es que el nuestro es ineficiente, lento e inseguro.
Esta es la mayor limitante para aumentar su uso en Guadalajara, el círculo vicioso a resolver. En ciudades de avanzada, todas las clases sociales convergen en el transporte público, haciéndolo más seguro. Con decisión podemos comenzar a remediarlo. La clase política podría dar el ejemplo, utilizarlo en algunos traslados, con todo y “escoltas”. Sería didáctico.
Inversión económica también ha tenido, la Línea 3 lo evidencia. El problema es concentrar el recurso en proyectos únicos y de eficacia cuestionable. Según las últimas noticias, la L3 está por debajo del pasaje estimado (El Informador 25/11/2020), aún con pandemia. Es necesario abordar demandas verdaderas, rutas estratégicas, sistemas adecuados.
La reestructuración de nuestra red camionera es la clave para un transporte colectivo viable en esta ciudad. Tenemos camiones, soluciones existen, se han analizado hasta el cansancio, puede resolverse. De nuevo, es asunto de voluntad de los implicados, todos deben ganar. Considerando que el objetivo son los usuarios.
Guadalajara no ha dado el salto cualitativo. Un transporte público eficiente, cualquiera que sea, requerirá utilizar un número importante de carriles exclusivos en muchas de las avenidas de mayor tráfico en la ciudad. Desplazaría o limitaría el auto particular. ¿Estamos dispuestos? Ojalá.
También hay nuevas alternativas como el tranvía. Los “trams” son hoy el medio de transporte más amigable para las personas y la ciudad. Pueden transitar sobre superficies naturales reduciendo las de cemento. Les gustan a niños -y grandes-. Adaptados a lo local, en países fríos se justifica, o justificaba, su hermetismo, aquí deben ser muy abiertos y aireados.
Habrá que tomar decisiones. El transporte público no representa solo la muy importante mejora en movilidad colectiva, medio ambiente y bienestar que necesitamos. También significa un cambio de vida, mayor justicia y equidad. Construir espacios comunes, encontrarnos todos, vernos las caras, comprendernos.
La reestructuración de nuestra red camionera es la clave