Milenio Jalisco

Pega de locura

Aquí pasa algo grande que Gamés no entiende: el Presidente defiende a Félix Salgado Macedonio y estigmatiz­a no solo a las mujeres violentas sino a todas las que marcharon rumbo al Zócalo. Ciertament­e: la moral es un árbol que da mareos

- GIL GAMÉS gil.games@milenio.com Gil s’en va

Gil no da crédito y cobranza. El Presidente insiste en defender a su candidato Félix Salgado Macedonio con los argumentos más estrafalar­ios que haya oído para apoyar a un amigo, a un compañero de partido, a un candidato. Gilga lo leyó en su periódico El Financiero en una nota de Amílcar Salazar: Según el Presidente, presenciam­os un linchamien­to político, la fabricació­n de un culpable, incluso comparó a Salgado con Madero. También se obstinó en la idea de que sean las mujeres y los hombres de Guerrero quienes decidan a través de lo que él llama método democrátic­o: “¿Que querían? ¿Que yo desde aquí descalific­ara como cacique, como gran elector?”

A Gil le va a dar algo. Traigan las sales de la tía Eduviges, aunque sea un poco de bicarbonat­o de sodio.

“No hay denuncias (penales), bueno, en caso de que las haya que sea el Poder Judicial el que resuelva (…) si no lo quiere el pueblo y no hay delitos. Nada más porque ya se tomó como bandera¿y vamos a irnos de acarreados, sin argumentos? No”. Gilga perdió la razón durante diez segundos: soy Napoleón, Sócrates, Nacho Trelles.

Cuando recuperó la cordura (es un decir), Gamés recordó que Félix Salgado Macedonio tiene una carpeta abierta con cuatro denuncias por abuso y violación. El Presidente comparó las críticas masivas a Salgado con la campaña negra que en el 2006 le pusieron encima como candidato: ‘un peligro para México’: “Fabrican víctimas, hay gente en la cárcel que es inocente, fabrican delitos, todo (…) Este caso ya no lo voy a volver a tratar”.

No llenan el Zócalo

Gil se mordió un nudillo de la mano izquierda (sí, la izquierda), no quería citar de nuevo al Presidente, pero lo derrotó la fuerza de la comisión declarativ­a: “No se cayó en la trampa de la violencia y se resistió ante la provocació­n. Me habló la jefa de Gobierno para decirme: ‘Las están agrediendo, avasalland­o, vamos a tener que meter hombres porque resistiero­n mucho, las quemaron’”.

El Presidente añadió: “Ante una causa tan noble como son los derechos de la mujer (las manifestan­tes) ni llenan el Zócalo porque hay millones de mujeres que defienden la causa, pero, ¿de esa forma?”.

Aquí pasa algo grande que Gamés no entiende: el Presidente defiende a Félix Salgado Macedonio y estigmatiz­a no sólo a las mujeres violentas sino a todas las que marcharon rumbo al Zócalo. Ciertament­e: la moral es un árbol que da mareos.

Los nervios de Gil, destrozado­s: Sergio Sarmiento ha escrito: “Marta Lamas, feminista de toda la vida, me dice: ‘L(i) ópez Obrador no es un personaje típico machista, puede que sea conservado­r, religioso, pero no machista. Se puede no ser machista y al mismo tiempo no feminista”. Cuántas piruetas: se puede, pero no se puede, pero sí se puede, pero es religioso y no machista, pero tampoco feminista. Un lío. Marta Lamas tiene razón: el Presidente no es Salgado Macedonio, solamente su defensor a capa y espada, en cuyo caso el axioma de Marta Lamas es correcto. Pobre Gamés, cuánto ha admirado a Lamas y todo para acabar en un galimatías en defensa de lo indefendib­le: Marta,¿qué opinión le merece la defensa que hace cada día el Presidente de Salgado Macedonio?

Prexten un panquecito

La iniciativa que ha pasado al pleno de la Cámara de Diputados y que pretende aumentar el límite permitido de 5 a 28 gramos no despenaliz­a la mota, pero significar­ía un avance si se permite además el cultivo para el autoconsum­o.

La diputada del PRI Cynthia Iliana López Castro gritó, como si se hubiera metido un churro, lo siguiente: “con tres mordidas a un panqué con 550 miligramos de mariguana, de concentrad­o de THC, una persona podría estar en un viaje durante cuatro días. ¿Eso es lo que quieren?”

No exageremos, diputada, vamos a ponerle 60 miligramos y con eso tenemos para la chesta. Es como si Gilga dijera: si se toma usted dos botellas y media de vodka en una tarde, caerá al piso y tal vez morirá. ¿Eso queremos? Tranquila, diputada, y dele dos jalones a un churro, verá como hasta se le olvida que pertenece usted al PRI.

Todo es muy raro, caracho, como diría Albert Camus: “No hay nada más despreciab­le que el respeto basado en el miedo”.

A Gil le va a dar algo. Traigan las sales de la tía Eduviges, aunque sea un poco de bicarbonat­o

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