Tlaquepaque
Tlaquepaque se quedó sin policías municipales. Así nomás. El sábado todo estaba funcionando con “normalidad” (subrayo las comillas), y ayer por la mañana autoridades estatales y federales anunciaron su decisión de desarmar a los cientos de policías municipales de la Villa Alfarera, y sustituir su trabajo de patrullaje con agentes estatales y de las fuerzas armadas.
Desarmar y acuartelar a la policía municipal de Tlaquepaque no fue, sin embargo, una decisión apresurada. Las autoridades estatales y federales llevaban días preparando una estrategia para poner bajo la lupa a los policías municipales, e intentar así esclarecer si existe alguna complicidad entre efectivos de la corporación de Tlaquepaque y grupos del crimen organizado.
¿Por qué Tlaquepaque? Por ser el municipio del Área Metropolitana de Guadalajara que más asesinatos ha tenido en semanas recientes y, según comentan de manera extraoficial personajes que hacen la investigación, hay la presunción de que algunos policías de ese municipio han sido cooptados por grupos delincuenciales.
Si tomáramos un mapa del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), y ponemos un punto rojo en cada asesinato violento ocurrido en lo que va del año, encontraríamos la mayoría en Tlaquepaque (aunque Guadalajara no estaría muy alejada de esa situación). Está claro que al oriente de la AMG hay una crisis que urge resolver.
En conversaciones sostenidas con funcionarios estatales, las autoridades reconocen que hay una sangrienta disputa entre miembros del crimen organizado; una guerra que comenzó cuando un jefe de plaza asesinó a un jefe de su misma organización, y desde entonces comenzaron las venganzas entre los grupos que antes trabajaban para la misma causa.
A nadie le gusta que las autoridades neutralicen a cuerpos municipales de policía. Eso hace evidente la incursión de la mafia en corporaciones que deben velar por la sociedad. Las intervenciones, aunque desagradables, deben hacerse. Si la decisión fue hacerlo en Tlaquepaque, alguna buena razón tendrán los responsables.
La presidenta municipal de esa demarcación no está muy contenta con la medida. Por supuesto que no. Seguro recibirá una explicación detallada de los motivos para actuar como se hizo. Esperemos que algo bueno salga de lo ocurrido ayer. Los ciudadanos merecen seguridad.