El cártel del sexenio y la tragedia de Jalisco
Así lo dio a conocer el gobernador de Ja- lisco ayer en la mañana: “En una acción coordinada con el Ejército Mexicano, la Policía Federal, la PGR y la Fiscalía General del Estado, hoy a las 7:30 a.m. intervenimos la policía municipal de San Pedro Tlaquepaque con la finalidad de reevaluar a sus elementos, ante la sospecha de posibles infiltraciones del crimen organizado. Hacer esto representa una medida contundente frente a la inseguridad que padece la metrópoli”. No es poca cosa. Parte de la zona metropolitana de Guadalajara, en Tlaquepaque viven unas 700 mil personas. Hace unas semanas supimos que fueron policías de Tecalitlán quienes entregaron al crimen organizado a unos italianos que siguen desaparecidos. En ese municipio también se intervino a la policía.
En los últimos seis meses, ha sido liberado un puñado de presuntos integrantes del primer círculo de mando del cártel de Jalisco Nueva Generación de cárceles en dicho estado, algunos con decisiones extrañas —uso un eufemismo— por parte de jueces federales y locales del Estado.
En este 2018, el número de homicidios ya rompió récord en comparación con cualquier otro inicio de año desde que se llevan este tipo de estadísticas.
“Vienen días complicados. No les miento: la ola de violencia no va a terminar”, había dicho la semana pasada el gobernador.
Cuando se escriba la historia de la violencia de este sexenio tendrá un nombre: cártel de Jalisco Nueva Generación. La organización criminal que ha aprovechado la debilidad de otras organizaciones para ocupar territorio y acaparar negocio.
Según un documento del gobierno federal dado a conocer el año pasado por Denise Maerker en En Punto, Nueva Generación tenía presencia en 17 estados y es la organización más potente del país.
En enero pasado, recién desempacado en la Secretaría de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, declaró al cártel Nueva Generación como el objetivo prioritario de la administración.
Por lo que vemos, tal vez esta declaratoria llega tarde para Jalisco.
Dijo ayer el gobernador: “Hace unos días hablé con claridad sobre la situación de seguridad que se vive en nuestro estado. Que una autoridad diga las cosas como son es un principio fundamental para generar confianza entre la sociedad y el gobierno. Sé que a muchos les puede extrañar una postura franca; sin embargo, es preciso decir que el país padece una ola de violencia sin precedentes”.
Esto a ocho meses de que se cambie gobierno en el Estado y el país.