Lanzan crítica a través de Tiempos compartidos
Poner en pantalla una reflexión sobre algunas de las estafas sobre los tiempos compartidos fue de interés para Sebastián Hoffman al filmar su segundo largometraje con Luis Gerardo Méndez, Andrés Almeida y Miguel Rodarte como protagonistas.
“Nos inspiramos en toda la publicidad que tuvimos alrededor, en la que todo parece perfecto, pero debajo de esa perfección y felicidad hay mucha perversidad empresarial”, dijo Sebastián Hofmann, luego de la proyección en el FICG.
Ese artificio al que algunas familias son sometidas con la promesa de adquirir “el paraíso” a cambio de un contrato oneroso que perdura varios años se suma a las experiencias del elenco y la producción.
“Acepté este rol, por esta idea que tengo sobre algunas empresas transicionales y el capitalismo desmedido que impera, vengo de una familia de clase media, nunca nos faltó nada, pero no teníamos muchos lujos”, dijo Luis Gerardo Méndez.
“Recuerdo unas vacaciones en Acapulco donde mi papá formó parte de algo similar y recuerdo un desayuno con el agente de ventas donde nos decía por qué necesitábamos esto para poder conectar con la familia y descansar del mundo”, agregó.
Si bien su padre no firmó contrato, Luis Gerardo recuerda esa mirada de su padre, “vi en mi papá preocupado por no tener el dinero para pagarlo por 25 años”.
Tiempo compartido, que ganó Mejor Guion en la pasada edición de Sundance, retó a su elenco, “el conflicto que vive de origen mi personaje es atractivo como actor, porque el mundo le cambia de la noche a la mañana y se vuelve invisible, se médica y termina con demencia”, dijo Miguel Rodarte.
Por su parte, Andrés Almeida recordó que durante el rodaje en un hotel de Acapulco se vivió un ambiente similar al de la película, por estar en temporada vacacional, “no podía dormir por el ruido, pero al final eso nutrió los personajes”.
Luis Gerardo comentó que revisó enlaces de internet en los que explican algunas de las estrategias para enganchar a las familias.