Auditoria Superior, un equilibrio de poder
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) tiene el reconocimiento de ser una de las instituciones con mayor efectividad del Estado mexicano por su vocación para hacer de la transparencia y la rendición de cuentas las guías del servicio público.
Es gracias a sus facultades de escrutinio que se ha logrado fortalecer el Estado de derecho, el equilibrio de poderes y, por supuesto, la democracia en México.
Su tarea más importante, en sus 22 años de existencia, ha sido fiscalizar a detalle cómo se gasta cada peso de los recursos públicos federales que recibe cualquier entidad, ya sea pública o privada.
Si se detecta alguna irregularidad, la Ley le da facultades para emitir recomendaciones o aclaraciones como acciones preventivas que sirven en gran medida para señalar las deficiencias que se encuentran en las entidades auditadas, pero este ejercicio también sirve para mejorar la forma en cómo se administran los recursos públicos.
Hace unos días se entregó el informe de la Cuenta Pública 2019, en la que se mostraron conclusiones y hallazgos relevantes respecto a cómo se ejerció el dinero durante el primer año de la actual administración federal.
Y como ha pasado en otros años y con otras administraciones, los resultados de la Auditoría han sido incómodos para el gobierno.
Pero en un trabajo que se pensaría ordinario, nunca había sucedido algo extraordinario como lo que sucedió hace unos días: pedirle a la Auditoría que reconsiderara sus conclusiones pues existían otros datos.
Lo que ocurrió deja un mal precedente para quienes creemos en un sistema democrático de pesos y contrapesos, de transparencia y rendición de cuentas, ya que el trabajo de fiscalización de la Auditoría Superior de la Federación es fundamental para el combate a la corrupción.
Es un trabajo muy riguroso que se integra durante casi un año con metodología robusta, y que se sirve de personal capacitado para presentar resultados que sean precisos y útiles para mejorar el servicio público. Esto que ha sucedido, de poner en tela de juicio los resultados de la ASF, no solo es inédito sino preocupante, pues una vez más se busca ir en contra de instituciones autónomas que cumplen con su papel como equilibrios del poder. Pero, así como hay quienes tienen temor a rendir cuentas, como hidalguenses debemos sentirnos muy orgullosos pues el mismo reporte pone a Hidalgo dentro de los cinco estados con mayor puntaje en el Índice de Desempeño de la Gestión del Gasto Federalizado.
En pocas palabras: el gobierno de Hidalgo ha hecho un gasto eficiente de cada peso que nos llega al estado.
El trabajo de la auditoría es sumamente importante para tener mejores gobiernos, así como mejores servidoras y servidores públicos. Es, con la auditoría, que las y los ciudadanos pueden vigilar y exigir mejores resultados a quienes gobiernan.